Cuando hablamos de inclusión social, pocas veces tenemos presente algunas temáticas que merecen especial atención. Una de ellas es el de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Hoy que se conmemora el Día Nacional del Autismo en Honduras, por decreto 39-2019, tenemos la valiosa oportunidad de conocer un poco más sobre el TEA, para comprender, aceptar e incluir.
En primer lugar, hay que señalar que el autismo no es una enfermedad mental, sino un trastorno del desarrollo del cerebro, por lo tanto, no tiene cura; sin embargo, es posible mejorar las condiciones de las personas para su adaptación a la “vida normal”, con diagnóstico y atención adecuados, siempre dependiendo de cada caso.
Puede decirse que el TEA es una amplia gama de condiciones, relacionadas con el desarrollo del cerebro, que inciden en la manera en la que una persona percibe el mundo y socializa con otros.
Cada persona con autismo puede presentar condiciones diferentes; sin embargo, puede encontrarse ciertos patrones de conducta, como la dificultad para aceptar cambios, para hablar, intereses limitados y repetitivos, trastorno del déficit de atención, ansiedad y depresión, entre otros.
Publicaciones al respecto señalan que las condiciones pueden aparecer entre los dos y los tres años de edad y que suele ser más frecuente en niños, que en niñas.
¿Qué origina el TEA? Puede haber una serie de factores, que van desde genéticos hasta ambientales; no obstante, aún no se sabe exactamente la causa.
En ocasiones, además de las dificultades que suelen experimentar las personas con autismo, hay que sumarle la poca disposición del entorno para conocer y apoyar a quienes viven con esta condición y especialmente a sus familias.
La falta de conocimiento muchas veces se transforma en rechazo, en miradas curiosas y comentarios hirientes hacia las personas y familias bajo la etiqueta de “raros”.
Ese desconocimiento lleva a expresar frases tan descabelladas como “es la crianza que le están dando”, “es que no le ponen atención” o “es falta de fe”, como si desde nuestra perspectiva lejana y escasa de conocimiento, tuviésemos las respuestas.
En nuestro entorno, que en ocasiones es hostil a todo lo que parezca diferente, hay mucho por hacer en concienciar sobre el TEA, como en otros temas; sobre todo, es preciso brindar apoyo a las familias y guiarlos para que puedan conocer cómo lograr una mejor calidad de vida.
En ese sentido, la Asociación Hondureña de Apoyo al Autista (Apo-Autis) lleva a cabo una importante labor, que merece ser visibilizada. En Honduras, gracias a esta organización, el conocimiento del TEA avanza en beneficio de las personas con esta condición, de su entorno, y de una sociedad que debe ser más incluyente. Conocer es el primer paso para comprender y aceptar.