25/04/2024
01:06 AM

Salto de longitud

Jibsam Melgares

Imagine que usted sale a caminar un día con Mike Powell, el poseedor de la marca mundial de salto de longitud con ocho metros, noventa y cinco centímetros. De repente, comienzan a experimentar un terremoto como ningún otro que se haya registrado. A poca distancia de ustedes, la tierra se abre y quedan aislados en un pequeño pedazo de tierra, separados de la seguridad por una grieta profunda de aproximadamente diez metros de ancho.

El lugar donde están se derrumba y es cuestión de minutos antes de que ambos caigan por el precipicio donde serán aplastados por la tierra en movimiento. La situación es angustiante. La única esperanza es saltar al otro lado del cañón. Mike evalúa que el salto sería unos veinte centímetros más largo que su mejor marca, pero decide intentarlo de todas formas.

Como si estuviera en una competencia atlética, Mike realiza el salto. Es un sorprendente nueve metros, ¡cinco centímetros más que su marca mundial! Lamentablemente, no fue lo suficientemente largo. Sus pies resbalan, y aunque lucha por agarrarse, él cae al precipicio. Ahora es su turno. Luego de automotivarse, toma impulso y se lanza. Usted también realiza el salto de su vida. Pero tampoco fue suficiente y cayó directo a la grieta.

Si se fija, no importó que Mike realizara un salto digno de una marca mundial. Simplemente no fue suficiente. Y a juzgar por los resultados, el salto de él no fue mejor que el suyo, ya que ambos cayeron en la abertura. El tema de la vida eterna funciona más o menos igual. No importa lo que hagamos ni cuán mejor seamos que los demás, no podemos salvarnos a nosotros mismos. Nadie es lo suficientemente bueno.

Es por esto que Jesús vino. Él es el único que vivió una vida perfecta. Y cuando ponemos nuestra fe y confianza en él y le hacemos nuestro Señor, su perfección se convierte en la nuestra. Él es el único que nos puede llevar seguros al otro lado. Este fue uno de los principales mensajes que la Reforma rescató, hace más de 500 años atrás, y que no debemos olvidar nunca.