Una encuesta publicada horas antes del debate demócrata del jueves último en Houston mostró que los demócratas ganarían Texas, un estado que ha votado por los republicanos durante casi cuatro décadas si las elecciones se celebraran hoy, y gran parte de eso podría deberse al voto hispano. Cuarenta y siete por ciento de los votantes registrados en Texas dicen que planean votar o se inclinan a votar por quien gane la nominación demócrata, mientras que solo un 42 por ciento apoyaría a Trump, según la encuesta de Univision News.
Entre los hispanos, que representan alrededor del 40 por ciento de la población de Texas y el 24 por ciento de los votantes en el estado, el 69 por ciento dice que votarán por los demócratas. La gran pregunta, por supuesto, es si los hispanos saldrán a votar o si se quedarán en sus casas, como lo han hecho tantas veces en el pasado.
La participación de votantes latinos a nivel nacional llegó a un récord del 40 por ciento en 2018, conforme al estudio de Pew. El número de votantes latinos casi se duplicó entre las elecciones legislativas de 2014 y las de 2018. Esa tendencia probablemente continuará en las elecciones de 2020, dicen los encuestadores. “Te puedo garantizar que el voto latino alcanzará proporciones históricas en 2020”, manifiesta Fernand Amandi, presidente de la firma encuestadora Bendixen y Amandi y asesor político demócrata.
Amandi citó el continuo crecimiento de la población hispana y el creciente resentimiento contra la campaña antiinmigración de Trump entre los latinos. El consenso entre los encuestadores es que las elecciones de 2020 dependerán en gran medida del resultado de la votación en un puñado de estados, incluidos Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Florida y Arizona, y quizá incluso Georgia y Texas.
En su nuevo libro Que en paz descanse, Partido Republicano, el conocido encuestador demócrata Stanley Greenberg, que trabajó para Bill Clinton, prevé una “oleada demócrata” en 2020. En una entrevista me dijo que el voto hispano probablemente sea crítico, junto con el de los millennials, las mujeres solteras y los votantes suburbanos y afroamericanos. Greenberg dice que podríamos ver un fenómeno nacional similar a lo que vimos en California en la década de 1990. California había sido durante mucho tiempo un estado republicano, hasta que los republicanos comenzaron a presionar por la Resolución 187, que buscaba hacer la vida imposible para los inmigrantes mexicanos.
Eso creó una gran reacción en contra, que terminó convirtiendo a California en un estado sólidamente demócrata.Lo mismo podría pasar en todo el país en 2020, dice Greenberg. Claro que no hay que olvidar que los encuestadores se equivocaron en 2016: predijeron con razón que los demócratas ganarían el voto popular, pero no pronosticaron que perderían en el colegio electoral. No obstante, hay cada vez más dudas sobre si la economía seguirá creciendo como hasta hace poco, y es difícil imaginar que los demócratas serán tan bobos como para elegir a Sanders como su candidato. De manera que no estoy tan convencido como antes de que Trump será reelecto. Quizá, los encuestadores tengan razón esta vez.