Mientras la vida es normal en el globo terráqueo los 7, mil millones de habitantes que alberga nuestra madre tierra. Sobre salen las potencias del mundo por su poder económico, político y militar.
También la mayoría de los seres humanos buscan ansiosamente tres formas de sentirse superiores a los demás, con: Dinero, fama y poder. Y los que lo logran se convierten en dioses del resto de la humanidad.
Pero cuando estas pestes aparecen como monstruos apocalípticas con garras, colmillos y escupiendo fuego, desaparecen los tres elementos antes mencionados.
Pues estas pandemias contaminan a las personas sin importar ninguna distinción social y peor fama y dinero. Pues este microscópico virus tiene de rodillas al mundo y pareciera que no encuentran la solución en la tierra y en estos momentos hasta el más incrédulo vuelve sus ojos al cielo.
Aparece la conciencia colectiva, bondad humana y la fraternidad que nos recuerda el estribillo de un canto religioso: ¨No te importe la raza, ni el color de la piel, ama a todos tus hermanos y has el bien¨.
Honduras con más de 9 millones de habitantes con 20% de poderosos económicamente, clase media, pobres y los miserables hambrientos. Las cifras del coronavirus llegan hasta el 7 de abril a 312 infectados y 22 muertes.
A nivel mundial, 823,000 casos y 41,000 fallecidos hasta el martes pasado. Queremos que termine pronto esta pandemia, pero que siga la fraternidad actual en el mundo y en especial en un país llamado Honduras.
También la mayoría de los seres humanos buscan ansiosamente tres formas de sentirse superiores a los demás, con: Dinero, fama y poder. Y los que lo logran se convierten en dioses del resto de la humanidad.
Pero cuando estas pestes aparecen como monstruos apocalípticas con garras, colmillos y escupiendo fuego, desaparecen los tres elementos antes mencionados.
Pues estas pandemias contaminan a las personas sin importar ninguna distinción social y peor fama y dinero. Pues este microscópico virus tiene de rodillas al mundo y pareciera que no encuentran la solución en la tierra y en estos momentos hasta el más incrédulo vuelve sus ojos al cielo.
Aparece la conciencia colectiva, bondad humana y la fraternidad que nos recuerda el estribillo de un canto religioso: ¨No te importe la raza, ni el color de la piel, ama a todos tus hermanos y has el bien¨.
Honduras con más de 9 millones de habitantes con 20% de poderosos económicamente, clase media, pobres y los miserables hambrientos. Las cifras del coronavirus llegan hasta el 7 de abril a 312 infectados y 22 muertes.
A nivel mundial, 823,000 casos y 41,000 fallecidos hasta el martes pasado. Queremos que termine pronto esta pandemia, pero que siga la fraternidad actual en el mundo y en especial en un país llamado Honduras.