29/04/2024
12:01 AM

Pepe Lobo, no 'Pepe” Lobo

Cándido Alvarado

Es imposible pensar que la lengua, en este caso el español, sea uniforme, puesto que hay variedades diastráticas, esto significa que hay diferentes niveles socioculturales en los hablantes, así, una persona hablará según su educación y ambiente social. Pero hay algo que incide mucho en el enriquecimiento de la lengua como son las variedades diatópicas, es decir, aquello que tiene que ver con las diferencias geográficas de los hablantes.

Observemos estas situaciones diatópicas: “No más me pagan y me voy de paseo”, “Nomás fuimos novios cuatro meses” son ejemplos en los que hay una vacilación con el uso de “no más” y “nomás”. En verdad, la forma “no más” significa “solamente, nada más, hasta aquí”, pero en América es más usual “nomás” (escrito en una sola palabra) con el mismo significado, y además con algún matiz exhortativo: “Dame mil lempiras nomás y te dejo de molestar”.

Aunque “nomás” no está registrada en el Diccionario de la RAE, sí tiene asiento en el Diccionario de americanismos de la RAE, por lo que “no más” y “nomás” son formas aceptadas indistintamente en cualquier contexto de escritura. Otra palabra es “anantes”, término que no aparece en el DRAE ni es usado en contextos “formales”, se trata de un vocablo muy americano con el concepto de “a duras penas” o otras acepciones afines: “Gano tan poco dinero que anantes puedo mantener a mi familia” (“Gano tan poco dinero que a duras penas puedo mantener a mi familia”.

Si “anantes” aparece en el Diccionario de americanismos de la DRAE, es sin ninguna duda una palabra válida en el español. Siempre estoy observando que muchos comunicadores sociales desconocen que los hipocorísticos jamás se deben entrecomillar, pues no son apodos, pseudónimos ni alias, son abreviaturas de nombres propios acaso con fines cariñosos, familiares: Beto es hipocorístico de Alberto, Roberto, Filiberto; Chepe, Joche, Pepe, lo son de José; Mel es de Manuel. Otras veces usamos hipocorísticos con propósitos eufemísticos, esto porque quizá hay nombres que para muchas personas no son muy agradables: Necho por Sinecio, Sinfo por Sinforiano. El colmo es que he leído, incluso, textos como “Francisco Martínez, alias Pancho”, una zafiedad, pues Pancho es hipocorístico de Francisco, y no un apodo o alias.