26/12/2025
03:12 PM

Papeles panameños

El “Panama Papers” es un hecho sin precedentes.

Un pozo de podredumbre que ha traído a la superficie ciénagas peligrosas ha sido descubierto recientemente. En esas aguas pútridas se han visto salpicados líderes mundiales, que hasta hoy, unos más que otros, han ostentado una imagen de prestigio ante el mundo.

Expresidentes, primeros ministros, empresarios, intelectuales, deportistas, actores, la lista parece ser interminable y amenaza con ser apenas el inicio de un vergonzoso escándalo de proporciones mundiales.

Los rollos de papiros panameños han salido a flote en borbotones desde un mar muerto que al parecer tiene profundidades insondables y en cuyas aguas se propicia el ambiente adecuado para la configuración de delitos como la evasión fiscal y el lavado de activos.

En un hecho sin precedentes y yendo más allá de Wikileaks, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación está revelando más de once millones de documentos que tienen el potencial de manchar indeleblemente el prestigio de muchos líderes contemporáneos.

Es también posible que las publicaciones lancen a los denunciados a pantanos y fangos jurídicos que les complicarán la vida.

Los “Panamá papers”, filtrados desde el consorcio jurídico Mossak Fonseca, exponen a luz pública las prácticas maliciosas de ocultar fortunas, algunas de dudosa procedencia, en ‘paraísos fiscales’, que por su cuestionable legislación facilitan la evasión de impuestos mediante el establecimiento de empresas offshore, una suerte de instituciones opacas que existen solamente en el teórico microcosmos de los libros contables.

Pero no hay nada oculto que no se manifieste algún día.

En pleno huracán desatado por las publicaciones, el primer ministro de Islandia renunció antes de arrastrar a una vergüenza mayor al país nórdico.

Ante este escenario, la conciencia moral de las sociedades nos cuestiona sobre los modelos a seguir.

Es necesario redefinir los parangones de nuestra admiración a los líderes del mundo de hoy. Más aún, es urgente revisar los principios bajo los cuales elegimos a nuestros gobernantes.

Parece que la ética es un recuerdo difuminado.

Urge recordar lo que magistralmente afirma el Dr. Myles Munroe en uno de sus libros: ‘El carácter es la cuna de la credibilidad para el líder.

Sin el elemento de un carácter fuerte, noble y honorable, el liderazgo y todos sus logros potenciales están en peligro de cancelación.’

Frente a denuncias como los ‘Papeles de Panamá’, debemos reafirmar nuestro compromiso con una fuerte determinación personal y social, para edificar liderazgos sobre los sólidos cimientos de un carácter que tenga como sus fuentes a la fuerza moral y a la ética.

*Abogado y catedrático universitario