PAE

Faltó acompañar su implementación con mayor responsabilidad por el sistema sanitario, con orientación, educación, acceso más controlado.

Hace unos días me llamó poderosamente la atención ver un dispensador de píldoras anticonceptivas de emergencia (PAE) en una tienda de conveniencia de una gasolinera junto a los condones.

Preguntando allí me di cuenta de que se venden más que los preservativos, que los hombres son los que más las compran, especialmente los fines de semana. Ya no es plan B, es A.

En Honduras, la píldora anticonceptiva de emergencia (PAE) fue aprobada para su libre comercialización y uso a partir del 23 de marzo de 2023, según Acuerdo Ejecutivo 75-2023. Anteriormente a esa fecha, la pugna sobre el tema entre los activistas provida, las iglesias y los grupos que reclaman los derechos de las mujeres era encarnizada.

Pasamos de una prohibición estatal (pero se vendía en mercados y bodegas clandestinamente), al abuso legal. Aprobaron su comercialización, sin analizar las repercusiones, sin socializarlo correctamente y educar a la población.

A continuación expongo hechos concretos sobre el tema: 1) Fue concebido para brindar una opción de emergencia para prevenir embarazos no deseados luego de un coito sin protección o cuando falló el método usual utilizado, o en casos de violación, NUNCA como método rutinario. 2) Año de inicio clínico, 1974, en Canadá. 3) Inicio uso masivo, 1999 con la aprobación del Plan B en EUA. 4) Mecanismo de acción, retarda o evita la ovulación. 5) Tiene una ventana de eficacia muy corta, disminuye con las horas. En las primeras 24 horas del coito, 95% de eficacia. Entre 24-72 horas, 58-85%.

Después de 72 horas eficacia muy baja. 6) Comparación con otros métodos rutinarios, implante subdérmico: 9%, DIU hormonal: 9%, anticonceptivos orales 91-99%, preservativo 85-98%, PAE 52-94% dependiendo del momento de uso.

Fue diseñada para ser usada en casos excepcionales. Idealmente nunca, o tal vez una o dos veces en la vida de una mujer. Su efecto indeseable más frecuente es el desbalance hormonal prolongado, especialmente en adolescentes.

Faltó acompañar su implementación con mayor responsabilidad por el sistema sanitario, con orientación, educación, acceso más controlado. Pero aquí el populismo nos desangra. Decisiones erróneas basadas en el cálculo electoral. Decretos a rajatabla respondiendo a pago de lealtades oscuras.

Aquí, la salud pública quedó petrificada en la historia, siempre saqueada por políticos y desdibujada en su misión. No da el ancho. Le queda grande el país.

Parece un cuadro viejo colgado en una pared agrietada, descolorido, polvoriento, torcido. Inútil..., pero aún colgado.

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