Nicolás Maduro, vetado como presidente pro tempore del Mercosur, fue designado presidente del Movimientos de no alineados (Mnoal).
Debería estar contento. Lo del Mercosur , que lo integran tan solo cinco países, incluída Venezuela ( por ahora) , era por seis meses, mientras que lo de del Mnoal formado por 120 países es por todo un año. (¿durará un año Maduro? ¿ no dicen que hay un referendum revocatorio?)
Ciento veinte contra cinco. Los números cantan. Sin embargo en este caso, quizás las matemáticas no sean tan exactas.
Puede que esté contento o no, entonces.
¿Quién se acuerda de la Mnoal? A los no alineados que en otras épocas con Nerhu, Nasser, el Mariscal Tito y Sukarno se hacían oir en el mundo entero, hoy se les hace difícil conseguir algún titular. A su reunión Cumbre realizada días pasados en la Isla Margarita, de 120 presidentes y jefes de estado que se invitaron concurrieron tan solo quince, como lo han señalado algunos opositores venezolanos para así resaltar la poca importancia del evento y la pérdida de convocatoria de la organización.
La Mnoal, no obstante, resolvió impulsar una reorganización de las Naciones Unidas.¿ Nada menos?. El hecho es que a nadie le importa. Se trata de organizaciones moribundas, burocracias sin enterrar , a las que ya hace mucho que se le pasó la hora , y que perviven por el instinto de conservación de los propios burócratas que para ello, y solo para ello, muestran una eficiencia sin parangón.
El Mercosur integra – cómodamente- esa lista de moribundos. Ha servido de muy poco. Sobre todo para los dos países mas pequeños : Paraguay y Uruguay. Por momentos, cuando ha habido sintonía entre sus inventores de hace 25 años, – Argentina y Brasil (Raúl Alfonsin y el eterno José Sarney)- le ha sido útil para la estrategia de esos dos grandes. Por supuesto Brasil ha sido el que más jugo le ha sacado, como siempre pasa por la región.
Esa “ sintonía” que se manifestó fuertemente en clave ideológica en los últimos 10 o 15 años incidió en el Mercosur desvirtuándolo totalmente en cuanto a sus fines originales . La suspensión de Paraguay y el ingreso de Venezuela, en forma grosera y prepotente , violando todas las normas fue manifestación elocuente y efecto directo de esa “ sintonía ideológica”. “ Lo político primo sobre lo jurídico“ explico en su momento el presidente uruguayo, José Mujica, parte de esa triple alianza con Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner.
Pero esa “afinidad” se ha ido resquebrajando y se ha hecho pedazos con la destitución de Dilma. Solo queda Uruguay, que ha cumplido un triste y lamentable papel en cada instancia. Paraguay, en tanto, se regocija con una justa revancha que apunta al blanco correcto y pide la expulsión de Venezuela por no cumplir con los protocolos de la institución, en particular con el de Ushuaia, que exige a sus miembros el apego democrático, de lo que el régimen chavista se viene “ despegando” desde hace mucho.
La semana pasada Venezuela casi fue expulsada del Mercosur. No ocurrió así pero se le dio un plazo hasta diciembre para cumplir una serie de obligaciones pendientes – entre ella la de Ushuaia- lo que le será muy difícil de concretar. En realidad la decisión tuvo un objetivo paralelo que fue el de presionar a Nicolás Maduro para que no ocurra nada “raro” con el “ referendum revocatorio”.
Las cosas, aunque no se digan, están muy claras: si el referendum no se hace este año, Venezuela será expulsada del Mercosur, y tras ello vendrá la OEA ( Luis Almagro, el Secretario General ya tiene afilado los cuchillos). De poco le servirá a Maduro ser presidente de la Mnoal..
Ahora, si el referendum se hace, y se cumple con la constitución y las normas, Maduro será “ revocado”, seguramente.
Difícil que ocurra otra cosa: Maduro también está moribundo, pero en su caso, sin muchas chances de pervivir.