03/12/2025
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Misión cumplida

  • 29 diciembre 2024 /
Emy James

Hace un año habíamos quedado en que si no queríamos sentir como si habíamos sido muy desgraciados en el 2024, entonces escribiríamos en un papelito cada vez que nos ocurriera algo bueno, con fecha y todo. Luego lo colocaríamos en un botecito a la vista y esto lo repetiríamos todo el tiempo. El último día de diciembre abriríamos el frasquito, leeríamos las notitas y sin duda podríamos ver que, a pesar de las apariencias, habíamos tenido un buen año. Que los momentos alegres, emocionantes y gratificantes eran al menos en cantidad, superior a los tristes.

Pero si lo que necesitamos es asegurarnos de que no desperdiciaremos el 2025 próximo muy próximo, entonces hay otras cosillas que podríamos hacer. Por ejemplo, podemos tomar una libreta y anotar en ella unas diez cosas que queremos y sabemos que podríamos obtener. Recordemos que no debemos fiarnos de la memoria, lo que queremos retener, lo ponemos en papel. Después, en esa misma libreta escribimos como título en una de sus páginas, “Logros en enero”, en otra, “Logros en febrero” y así. En una última página colocamos “Logros del año” y desde luego que estaremos apuntando todas esas cosas que vamos a ir conquistando. Si hacemos así y damos una lectura a esto en diciembre, definitivamente tendremos que darnos cuenta de que el año fue cualquier cosa, menos un año desperdiciado y ¡zaz! Misión cumplida.

Ahora que, si queremos ir un poquito más allá y no solo sentir que 2025 fue un año alegre o que logramos objetivos, sino que también queremos asegurarnos de que será uno estupendo, podríamos escuchar las sugerencias que encontramos en el libro “El secreto” de Rhonda Byrne. Podríamos comprarnos una de esas pizarritas de corcho y colocar ahí cómo queremos que sea nuestra vida durante los próximos 365 días. Lo haremos escribiendo en papeletas (que pegaremos ahí) las estrategias que usaremos para alcanzar nuestras metas, colocaremos recortes con las imágenes de esa casa que queremos comprar, o tal vez el auto, o a lo mejor ese libro que queremos publicar o la empresa que vamos a abrir. Marco Antonio Regil en su podcast “Guía de los Vision Boards”, nos sugiere colocar una foto nuestra en el centro y una palabra que queremos normalizar en nosotros como “tolerancia”, por decir algo. Debemos también poner una cifra que es la que queremos ahorrar, el lugar que queremos visitar, una frase inspiradora. De igual modo nuestras metas de ejercicios físicos, las espirituales y muy por encima de todas ellas diría yo, las de salud.

Si nos dedicamos como hasta ahora, a gritar a los cuatro vientos que ahora sí bajaremos de peso, que ahora sí ahorraremos, que ahora sí emprenderemos, nuestros deseos y promesas se irán con esos mismos vientos al nada más terminarse enero. El frasquito de las cosas buenas, la libreta de los logros y la pizarrita visionaria pueden ser algunos de esos incentivos que nos empujen a los cambios reales. Ya lo dice la inteligentísima y conocida frase: “La locura es hacer lo mismo una y otra vez, y esperar resultados diferentes”. Que tengamos todos un emocionante, productivo, gratificante y sobre todo saludable año nuevo.