Un versículo bastante conocido de la Biblia dice así: “Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:29-30, RVA).
Pero ¿qué es yugo? Yugo es un aparato que aprisionaba el cuello de los cautivos y al que se ataban también las manos; asimismo, un trozo de madera convenientemente moldeado que se colocaba sobre el cuello de las bestias de carga para transportar objetos pesados. La clase de yugo que se utilizaba por lo general era un trozo derecho de madera con grietas en los extremos, por donde se pasaban cuerdas para asegurarlo al cuello del animal.
El yugo era un símbolo de esclavitud (Diccionario Bíblico Evangélico). Al emplear la palabra “yugo”, Jesús contrastaba las enseñanzas de los líderes religiosos cuyas interpretaciones y aplicaciones eran contrarias a la ley de Dios y asfixiantes para las personas. “Atan cargas pesadas y las ponen sobre la espalda de los demás -les acusó-, pero [ustedes] mismos no están dispuestos a mover ni un dedo para levantarlas” (Mateo 23:4, NVI).
Ser un cristiano, es decir, un seguidor de Cristo, no un religioso, es estar en relación con Aquel que da verdadero descanso, dijo un teólogo. Por eso Jesús pudo afirmar que su yugo es fácil, y ligera su carga, ya que el elemento decisivo del “yugo” (las exigencias de la vida) está en que Él nos ayudará a sobrellevarlo y a cumplirlo. Por ende, el yugo de una vida, sin Cristo, es demasiado pesado para ser cargado.
Hace poco vi un video donde el vocalista de una banda de rock confesaba el sobresalto que se llevaron cuando los medios sociales los catalogaron como cristianos. “Nadie quería tener esa clase de presión”, declaró. En palabras de un cantautor: “Los muros que construyó [Jesús] para mantenernos a salvo ahora se ven como una amenaza”. Y nuevamente: “Mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. No se crea la mentira que diga lo contrario.
