Me declaro un furibundo e intransigente seguidor o fanático de Leo Messi, un jugador de fútbol extraordinario que en el campo de juego no tiene límites, lo que lo hace ser considerado como el mejor crack del planeta o mejor dicho del universo. Ganador a sus 29 años de más títulos que ningún otro jugador en Europa: Cinco veces el Balón de Oro, que equivale al óscar del balompié, tres Botas de Oro; Ocho títulos con la Liga Española, cuatro de la Liga de Campeones (Uefa), y cuatro títulos de la Copa del Rey.
Es un goleador innato y prolífico tanto en el Barcelona, su club, como en la Selección Argentina en donde ya rompió el récord en juegos oficiales como su máximo anotador de la historia, lo que no tiene precedentes.
Nacido como Lionel Andrés Messi Cuccitini, a los 13 años de edad se radico de la mano de sus padres en la ciudad de Barcelona, convirtiéndose en el futbolista más joven del FC Barcelona, en donde ha realizado una vertiginosa y sorprendente campaña en las diferentes categorías hasta llegar al equipo mayor en el cual debutó a sus 16 años, y en donde ha logrado su consagración internacional, formando parte también de la Selección Argentina desde su internacionalización hasta nuestros días.
Fuera de estos aspectos y de sus palmares deportivos, Messi es una persona frágil y vulnerable en quien además coexisten, la debilidad de su personalidad y la fuerza de su ingenio futbolístico que lo han hecho trascender arrolladoramente en el mundo, a tal grado que personajes de la talla de Barack Obama, o del actual presidente argentino y otros, han caído rendidos a sus pies, como también los millones de sus hinchas en todo el mundo y de todos los estratos sociales. Revestido siempre de una innata humildad que no ha perdido a pesar de su fama y del dinero, lo que en revancha destaca su calidad humana.
Esos sentimientos encontrados lo hicieron renunciar a la Selección Argentina, al no poder superar la aflicción o culpa por un penal fallido en la final de la Copa América Centenario, lo que conmocionó al mundo del deporte que espera se retracte de dicha decisión, pues no se concibe una participación de Argentina en el próximo mundial en Rusia sin su presencia o de previo, en la fase de eliminatorias.
Así sea, y que la leyenda siga brillando con luz propia, que nos siga deleitando con su extraordinaria velocidad y con sus geniales jugadas de impacto e increíbles asistencias que ha convertido al equipo culé en mi favorito.
