24/11/2025
10:11 PM

Maestros y alumnos

¿Sufre el maestro con malos alumnos?

Un discípulo preguntó a Firoz:

La simple presencia de un maestro hace que toda clase de curiosos se aproximen para descubrir algo que les pueda beneficiar. ¿No podría ser esto perjudicial o negativo? ¿No puede esto desviar al maestro de su camino, o hacer que sufra porque no consiguió enseñar lo que quería?

Firoz, el maestro sufí, respondió:

- La visión de un árbol cargado de frutas despierta el apetito de todos los que pasan por su lado. Si alguien desea saciar su hambre más allá de su capacidad, termina comiendo más fruta de la necesaria, y se encuentra mal. Sin embargo, esto no causa ningún tipo de indigestión al dueño del árbol.

Lo mismo sucede con la búsqueda. El camino tiene que estar abierto para todos: pero Dios se encarga de colocar los límites de cada uno.

Más allá de los propios límites

Un arquero caminaba por los alrededores de un monasterio hindú conocido por la severidad de sus enseñanzas, cuando vio a los monjes en el jardín, bebiendo y divirtiéndose.

-Qué cínicos son aquellos que buscan el camino de Dios– comentó el arquero en voz alta. -Dicen que la disciplina es importante, y se embriagan a escondidas.

-Si disparas cien flechas seguidas, ¿qué le sucederá a tu arco? preguntó el monje de más edad.

-Mi arco se romperá

-Si alguien se esfuerza más allá de sus propios límites, también rompe su voluntad. Quien no equilibra trabajo con descanso, pierde el entusiasmo, agota su energía, y no llega muy lejos.