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La necesidad de reconocimiento

  • Actualizado: 30 julio 2023 /

Para las personas tanto antes como ahora, sigue siendo importante sentirse reconocidos por los que son y por las cosas que hacen para los demás. Según las estadísticas, las dos principales causas de divorcio son en primer lugar, problemas de dinero y en segundo, infidelidad. Y si entrevistáramos ahora mismo a cónyuges en cualquier lugar, tanto hombres como mujeres nos contarían que una de las cosas que más les desmotiva, es no sentirse valorados por su pareja. Desde luego que no nos estamos refiriendo a esas personas que tienen un problema con esto, una necesidad excesiva de ser reconocidos. Adultos, que de niños no recibieron los elogios que esperaban de sus padres y otros familiares, que crecieron con esa carencia y ahora andan buscándolo de una manera hasta obsesiva a veces. No hablamos de ellos. Aquí apuntamos a ese deseo natural que todos llevamos dentro, de saber que los otros valoran lo que hacemos por ellos. Volviendo a las parejas, pocas cosas pueden elevar a un hombre como el hecho de que su esposa entiende que él se esfuerza para que ella esté bien, que una buena parte de sus acciones se dirigen a mantenerla contenta. Asimismo, cualquier mujer estará más que satisfecha sabiendo que cada detalle que ella cuida tanto en su persona como su casa y en su vida profesional, tienen la atención y el aprecio de su esposo. Sin embargo, esto no es algo normal ni en las parejas ni en las otras relaciones. La gente tiene por costumbre (una muy mal costumbre), el olvidar muy rápidamente cualquier cosa buena que se haya hecho en su beneficio, sobre todo cuando el otro comete un error o deja de brindarle alguna ayuda. El cerebro humano tiende a fijarse en lo negativo y por lo tanto lo que quedará fijo en la mente del “perjudicado” será ese favor que no se le hizo, barriendo de la memoria, los otros que sí se le hicieron. ¿Muy injusto no? Y bueno...

Un gesto de agradecimiento o de reconocimiento no cuesta nada y puede lograr mucho. Me sucedió hoy; por un descuido de aquellos que uno no puede creer, estuve a punto de meter en un gran apuro a alguien muy importante para mí, estuve casi todo el tiempo dándole vueltas al asunto y machacándome a mí misma semejante falta de cuidado, y esto terminó únicamente cuando alguien más me felicitó por lo organizada que fui en otro asunto, también de consideración para mí. Esta persona no supo cómo le dio vuelta a mi día.

Dale Carnegie, autor norteamericano precursor en la escritura de libros de auto ayuda, nos dice que naturalmente, todos buscaremos hacer lo que sea con tal de sentir que somos importantes de alguna manera para alguien, o para algunos. En su libro “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” nos cuenta sobre su experiencia hablando con varios doctores de centros psiquiátricos en Estados Unidos, su sorpresa al enterarse de que muchos pacientes caían en depresiones cuando sentían que no “daban el ancho” en alguna tarea que les importaba mucho o cuando no lograban llenar las expectativas de sus seres amados. Increíblemente estas sensaciones los llevaban paulatinamente a experimentar un desasosiego insoportable hundiéndolos poco a poco en una profunda tristeza de la cual ya no lograban salir. Estos mismos médicos aseguraban al señor Carnegie que sumidos en su locura ellos eran más felices, ya que cada uno se inventaba un mundo, en el cual eran importantes para alguien.