29/09/2023
10:18 AM

La historia de Queena

Salomón Melgares Jr.

¿Ha oído el nombre Queena? Yo nunca lo había oído hasta que vi en la televisión la historia de esta muchacha que se vio afectada por una lesión cerebral traumática. La lesión la dejó con muchas discapacidades y cambió su vida para siempre. Pero lo más tétrico de esto es cómo se llevó a cabo la lesión.

En la noche del 24 de abril de 2008, Queena se trasladó a la biblioteca ya que tenía que devolver algunos libros. Fue allí cuando un adolescente de 16 años la atacó en la entrada. Aunque Queena dio una valiente pelea y trató de liberarse de las garras de su atacante, éste demostró ser muy fuerte y la dominó.

Posteriormente, fue violada y golpeada sin piedad antes de que su agresor la dejara tirada detrás del edificio de la biblioteca encima de un hormiguero. Y usted se preguntará, ¿puede un chico de 16 años hacer algo así?

La Biblia dice que todos nos hemos desviado, que todos nos hemos alejado de Dios, que no tenemos temor de Él en absoluto (Romanos 3:10-18). Creo que la historia de Queena es un ejemplo evidente de ello. Si Dios no es el amo y señor de nuestra vida, cualquier otra cosa lo será, incluido nuestro propio yo.

En palabras de Pablo: “Uso la ilustración de la esclavitud para ayudarlos a entender todo esto, porque la naturaleza humana de ustedes es débil. En el pasado, se dejaron esclavizar por la impureza y el desenfreno, lo cual los hundió aún más en el pecado.

Ahora deben entregarse como esclavos a la vida recta para llegar a ser santos” (Romanos 6:19, NTV).

La pregunta es: ¿queremos hacerlo? Como lo dijera una vez un teólogo, la entrega absoluta a Dios significa que renunciamos voluntariamente a nosotros mismos y a nuestras preferencias personales. Al hacerlo, nos posicionamos para ser en verdad útiles y experimentar una profunda comunión con Él.