25/04/2024
06:22 AM

Una fiesta inesperada

Jibsam Melgares

El sociólogo cristiano Tony Campolo cuenta que en cierta ocasión fue invitado a dar unas conferencias en las islas de Hawái.

Debido al jet lag acabó en las calles de Honolulú a las 3:30 de la mañana buscando un lugar para desayunar. Lo único abierto era un restaurante pequeño, sucio y con mala atención.

Mientras comía entraron al recinto nueve prostitutas. Como el lugar era pequeño, ellas terminaron sentadas a su lado. Debido a esto, Campolo no pudo evitar escuchar lo que una de ellas dijo: “Mañana es mi cumpleaños. Voy a cumplir treinta y nueve”.

“Y, ¿qué quieres que haga?”, le respondió otra en un tono desagradable. “¿Quieres que te haga una fiesta, te prepare un pastel y te cante?”. “¡Solo era un comentario!”, contestó la casi cumpleañera. “No quiero ni espero nada de ti. Además, ¿por qué habrías de hacerme una fiesta, si nunca en mi vida he tenido una?”.

Cuando Campolo escuchó eso, se le ocurrió una idea: celebrarle el cumpleaños. Después de que las prostitutas se fueron, averiguó que la cumpleañera se llamaba Agnes y que el grupo llegaba todos los días a la misma hora. No le costó convencer al encargado del restaurante y a su esposa para que le ayudaran a preparar la fiesta que se llevaría a cabo al día siguiente. Cuando llegó la hora, Agnes entró como era su costumbre y todos los invitados gritaron: “¡Felicidades!”. Quedó estupefacta.

Y luego del canto, rompió a llorar. Después de partir el pastel, Campolo pidió hacer una oración por la cumpleañera. Cuando terminó de orar, el encargado del restaurante se le acercó y le dijo con voz hostil: “Oye, tú nunca me dijiste que eras un predicador. ¿De qué iglesia eres?”.

Con sagacidad Campolo contestó: “De la que organiza fiestas de cumpleaños a las prostitutas a las tres y media de la mañana”. “No te creo”, replicó el encargado, “no existe una iglesia de ese tipo. Porque si existiera, me haría miembro de ella”.

Una iglesia así es la que Jesús vino a formar. No sabemos en qué momento cambió el esquema y se volvió tan particularista y formal.