14/01/2025
12:03 PM

El miedo y la estrategia ante el cambio

El miedo y la estrategia ante el cambio

El miedo es una reacción natural ante lo desconocido, especialmente en tiempos de cambios profundos. En política, esta emoción puede conducir a decisiones impulsivas, motivadas más por percepciones que por hechos concretos. En momentos de incertidumbre, lo sensato es mantener la calma, evaluando riesgos y oportunidades desde una perspectiva estratégica. Ceder al miedo es perder de vista el objetivo: garantizar decisiones acertadas que promuevan el bienestar colectivo.

La reciente elección presidencial en Estados Unidos ha suscitado interrogantes sobre el futuro de las relaciones con Latinoamérica. Aunque el estilo del nuevo líder puede parecer combativo, muchos ven en él una respuesta a la necesidad geopolítica de firmeza. Sin embargo, las relaciones entre naciones no dependen únicamente de la figura presidencial, sino también de intereses comerciales y estratégicos. Más allá de las aparentes tensiones ideológicas, existen desafíos de mayor impacto, como la crisis migratoria, que afecta a ambos lados de la frontera.

Es posible que esta administración busque reactivar iniciativas como la Alianza para la Prosperidad o la Iniciativa del Triángulo Norte, con el objetivo de reducir la pobreza y fortalecer proyectos conjuntos con los países emisores de migrantes. Esto indicaría un enfoque más pragmático y menos ideológico, priorizando la estabilidad regional y los beneficios económicos mutuos. La idiosincrasia latinoamericana a menudo ve a Estados Unidos como un país intervencionista, influyendo en procesos políticos en la región. Aunque nuestras naciones ejercen su autodeterminación, es innegable la influencia de una potencia comercial y política como Estados Unidos. Sin embargo, esta influencia no determina necesariamente los cambios de gobierno en nuestros países, sino que refleja nuestra propia dinámica interna y los intereses compartidos.

Más allá de las percepciones, lo fundamental en la relación con un nuevo gobierno estadounidense es apostar por la cooperación estratégica. América Latina debe trabajar de manera prudente y sabia con Estados Unidos, reconociendo el valor de este aliado histórico para fortalecer la democracia y fomentar el desarrollo sostenible. En última instancia, los intereses de la cooperación y la convivencia democrática deben prevalecer sobre cualquier temor al cambio. Superemos el miedo, construyamos juntos.