La Iglesia católica romana permitirá que los sacerdotes de todo el mundo absuelvan por el aborto, dijo el Vaticano el lunes, con lo cual se hace permanente una política que el papa Francisco anunció hace un año.
En un documento en el que se establece la conclusión del Jubileo de la Misericordia que ha celebrado la Iglesia durante un año, el Papa extendió una política por la cual se permite que los sacerdotes -y no solo los obispos o confesores especiales- otorguen el perdón por el aborto, al que la Iglesia considera un pecado. El anuncio fue una señal de la visión del Papa de una Iglesia más cordial, compasiva e incluyente.
Si bien volvió a declarar su oposición al aborto por ser “un pecado grave ya que pone fin a una vida inocente”, el Papa afirmó que “no hay ningún pecado al que la misericordia de Dios no pueda llegar y limpiar cuando encuentra un corazón arrepentido que busca la reconciliación con el padre”. El documento, una carta apostólica, se firmó al finalizar la misa del domingo con la que se denotó el final del año del Jubileo. Se hizo pública el lunes.
La decisión del papa Francisco el año pasado, al inicio del Jubileo, siguió los pasos del papa Juan Pablo II, quien otorgó a los sacerdotes el mismo derecho durante un año santo anterior, en el 2000.
De conformidad con el derecho canónigo, el aborto es motivo de excomunión inmediata, a menos que la persona que se somete a él o lo lleva a cabo se confIesa y recibe la absolución. Se considera que el aborto es un “pecado reservado”, lo que significa que el permiso para otorgar el perdón debe, por lo general, provenir de un obispo.
Los obispos ya podrían delegar la autoridad para dar la absolución a los sacerdotes parroquiales _ y muchos en Estados Unidos lo han hecho _, pero la práctica variaban ampliamente según el país y la diócesis. En partes del mundo, los católicos practicantes que han buscado la absolución por aborto han enfrentado retrasos en los tiempos o, incluso, rechazos.
En algunos sitios, se les ha delegado el poder de absolver los abortos a los sacerdotes en ciertas épocas del año, como en la Cuaresma, dijo en rueda de prensa el arzobispo Rino Fisichella, el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, en el Vaticano, el lunes.
“Ahora que el derecho se ha extendido a todos los sacerdotes”, dijo se tendrían que hacer los cambios al derecho canónigo para reflejar la nueva práctica.
La decisión subraya la idea del Papa de una Iglesia que no deje fuera de sus puertas a nadie, y la carta apostólica llama al clero y los 1,200 millones de católicos del mundo a reflexionar y actuar en relación al mensaje que está en el núcleo de la meditación sobre la misericordia que se hizo durante un año.
En el documento, una fusión de enseñanzas religiosas y comentarios sociales agudos, “el papa Francisco delinea el camino de la vida futura de la Iglesia para que siempre pueda ser un instrumento de misericordia hacia todos, sin siquiera excluir a nadie”, dijo Fisichella.
El arzobispo dijo que la carta apostólica ofrece lineamientos a los sacerdotes a quienes se llamó a otorgar el perdón, en referencia a una proclamación sobre la vida familiar que se publicó en abril y que, entre otras cosas, creó un camino para que los católicos divorciados que se volvieron a casar, recibieran la sagrada comunión.
La carta de Francisco también nota que la Iglesia celebraría un día mundial del pobre cada noviembre “para ayudar a las comunidades y a cada uno de los bautizados a reflexionar sobre cómo la pobreza está en el mero centro del Evangelio”.
También llamó a los fieles a “promover una cultura de la misericordia basada en el redescubrimiento del encuentro con otros, una cultura en la que nadie mire al otro con indiferencia o se aparte del sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas”.
En una ceremonia para nombrar a 17 nuevos cardenales el sábado, el Papa advirtió en contra de lo que describió como “un virus de polarización y animadversión”. Señaló que “en el corazón de Dios no hay enemigos”, y reprendió a quienes “levantan muros, construyen barreras y etiquetan a las personas”. Algunos observadores del Vaticano percibieron a los comentarios como una reprimenda a los llamados del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para construir un muro fronterizo y restringir la entrada de los musulmanes al país.
El papa Francisco no señaló a ningún país, pero ha expresado su consternación por el tono duro que ha adoptado Trump sobre la inmigración.
En febrero, el papa sugirió que Trump “no es cristiano” debido a su promesa de campaña de levantar un muro en la frontera entre Estados Unidos y México. (Trump, quien no es católico, calificó de “vergonzosas” a las amonestaciones del Papa.)
El Papa censuró el sábado la tendencia a tratar “al extranjero, al inmigrante o al refugiado” como al enemigo y advirtió que esa forma de pensar invita al odio.
“Poco a poco, nuestras diferencias se convierten en síntomas de hostilidad, en amenazas y violencia”, dijo.
El acoso y la violencia en contra de los inmigrante y otros grupos marginados aumentó después de las elecciones en Estados Unidos, según el Southern Poverty Law Center, la organización que registra los crímenes de odio y a los grupos extremistas nacionales en Estados Unidos.
© New York Times News Service
En un documento en el que se establece la conclusión del Jubileo de la Misericordia que ha celebrado la Iglesia durante un año, el Papa extendió una política por la cual se permite que los sacerdotes -y no solo los obispos o confesores especiales- otorguen el perdón por el aborto, al que la Iglesia considera un pecado. El anuncio fue una señal de la visión del Papa de una Iglesia más cordial, compasiva e incluyente.
Si bien volvió a declarar su oposición al aborto por ser “un pecado grave ya que pone fin a una vida inocente”, el Papa afirmó que “no hay ningún pecado al que la misericordia de Dios no pueda llegar y limpiar cuando encuentra un corazón arrepentido que busca la reconciliación con el padre”. El documento, una carta apostólica, se firmó al finalizar la misa del domingo con la que se denotó el final del año del Jubileo. Se hizo pública el lunes.
La decisión del papa Francisco el año pasado, al inicio del Jubileo, siguió los pasos del papa Juan Pablo II, quien otorgó a los sacerdotes el mismo derecho durante un año santo anterior, en el 2000.
De conformidad con el derecho canónigo, el aborto es motivo de excomunión inmediata, a menos que la persona que se somete a él o lo lleva a cabo se confIesa y recibe la absolución. Se considera que el aborto es un “pecado reservado”, lo que significa que el permiso para otorgar el perdón debe, por lo general, provenir de un obispo.
Los obispos ya podrían delegar la autoridad para dar la absolución a los sacerdotes parroquiales _ y muchos en Estados Unidos lo han hecho _, pero la práctica variaban ampliamente según el país y la diócesis. En partes del mundo, los católicos practicantes que han buscado la absolución por aborto han enfrentado retrasos en los tiempos o, incluso, rechazos.
En algunos sitios, se les ha delegado el poder de absolver los abortos a los sacerdotes en ciertas épocas del año, como en la Cuaresma, dijo en rueda de prensa el arzobispo Rino Fisichella, el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, en el Vaticano, el lunes.
“Ahora que el derecho se ha extendido a todos los sacerdotes”, dijo se tendrían que hacer los cambios al derecho canónigo para reflejar la nueva práctica.
La decisión subraya la idea del Papa de una Iglesia que no deje fuera de sus puertas a nadie, y la carta apostólica llama al clero y los 1,200 millones de católicos del mundo a reflexionar y actuar en relación al mensaje que está en el núcleo de la meditación sobre la misericordia que se hizo durante un año.
En el documento, una fusión de enseñanzas religiosas y comentarios sociales agudos, “el papa Francisco delinea el camino de la vida futura de la Iglesia para que siempre pueda ser un instrumento de misericordia hacia todos, sin siquiera excluir a nadie”, dijo Fisichella.
El arzobispo dijo que la carta apostólica ofrece lineamientos a los sacerdotes a quienes se llamó a otorgar el perdón, en referencia a una proclamación sobre la vida familiar que se publicó en abril y que, entre otras cosas, creó un camino para que los católicos divorciados que se volvieron a casar, recibieran la sagrada comunión.
La carta de Francisco también nota que la Iglesia celebraría un día mundial del pobre cada noviembre “para ayudar a las comunidades y a cada uno de los bautizados a reflexionar sobre cómo la pobreza está en el mero centro del Evangelio”.
También llamó a los fieles a “promover una cultura de la misericordia basada en el redescubrimiento del encuentro con otros, una cultura en la que nadie mire al otro con indiferencia o se aparte del sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas”.
En una ceremonia para nombrar a 17 nuevos cardenales el sábado, el Papa advirtió en contra de lo que describió como “un virus de polarización y animadversión”. Señaló que “en el corazón de Dios no hay enemigos”, y reprendió a quienes “levantan muros, construyen barreras y etiquetan a las personas”. Algunos observadores del Vaticano percibieron a los comentarios como una reprimenda a los llamados del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para construir un muro fronterizo y restringir la entrada de los musulmanes al país.
El papa Francisco no señaló a ningún país, pero ha expresado su consternación por el tono duro que ha adoptado Trump sobre la inmigración.
En febrero, el papa sugirió que Trump “no es cristiano” debido a su promesa de campaña de levantar un muro en la frontera entre Estados Unidos y México. (Trump, quien no es católico, calificó de “vergonzosas” a las amonestaciones del Papa.)
El Papa censuró el sábado la tendencia a tratar “al extranjero, al inmigrante o al refugiado” como al enemigo y advirtió que esa forma de pensar invita al odio.
“Poco a poco, nuestras diferencias se convierten en síntomas de hostilidad, en amenazas y violencia”, dijo.
El acoso y la violencia en contra de los inmigrante y otros grupos marginados aumentó después de las elecciones en Estados Unidos, según el Southern Poverty Law Center, la organización que registra los crímenes de odio y a los grupos extremistas nacionales en Estados Unidos.
© New York Times News Service