Una niña nació el 27 de junio de 1880. Arthur H. Keller, su padre, que era editor de un periódico y había servido como capitán en el ejército confederado, se sintió especialmente feliz con el nacimiento de su hija. Kate Adams Keller, la madre, compartía esa felicidad y miraba a la recién nacida fascinada.
Su hija Helen tuvo una infancia normal hasta los 19 meses, cuando una enfermedad entonces desconocida —ahora se supone que fue posiblemente una meningitis— la dejó sorda y ciega. Esta condición la sumió en un mundo de aislamiento y frustración. Incapaz de comunicarse con quienes la rodeaban, esa barrera sumía en la aflicción a sus desesperados padres.
Cuando cumplió seis años, decidieron buscar ayuda. Finalmente encontraron a Anne Sullivan, una joven maestra con experiencia en educación para personas con discapacidad. Anne llegó a casa de los Keller en 1887 y comenzó a enseñarle a Helen el lenguaje de señas táctil. La niña cooperaba mucho y acabó revolucionando su vida.
Con paciencia y dedicación, Helen aprendió a comunicarse, leer en braille y escribir. Su progreso fue tan notable que en 1900 ingresó al Radcliffe College, y se convirtió en la primera sordociega en obtener un título universitario en 1904.
A lo largo de su vida, Helen Keller se convirtió en escritora, oradora y activista destacada. Publicó algunos libros, entre ellos “La historia de mi vida”, en el que narró su increíble viaje de aprendizaje. Se puede conseguir actualmente en español, en Amazon.
Viajó por el mundo dando conferencias y promoviendo la inclusión. Falleció un 1 de junio de 1968 a los 87 años en Easton, Connecticut.
Conociendo su legado de inspiración, pienso en cómo en ocasiones, en pleno siglo XXI, hay gente a la que la detienen pequeñas barreras como el temor, la timidez, la falta de habilidad para hablar en público y en privado, la preocupación excesiva, la falta de capacidad para llevarse bien con los demás. Y sufrirlas en lugar de enfocarse en superarlas.
LO NEGATIVO: Permitir que pequeñas barreras provoquen nuestros fracasos.
LO POSITIVO: Tomar la determinación y demostrar que sí se pueden superar esas barreras.