Abrumados

Y bueno, si de verdad nos sentimos abrumados y entendemos que ese montón de información nos quita energía y tiempo, con tan solo desinstalar o cerrar las redes sociales.

  • Actualizado: 27 de julio de 2025 a las 00:00 -

¡Vaya! Las semanas pasadas han sido de noticias tras noticias, y muy difícilmente uno puede ignorarlas, aunque quisiera hacerlo, por aquello de evitar sentirse abrumado por tanta cosa. Lo único que uno tiene que hacer es poner el dedo en el icono de la red (o redes en algunos casos) social de preferencia y lo que sigue es interminable e inevitable, aparentemente.

Esto me recuerda lo que leí en “Sapiens”, ese maravilloso libro de Yuval Noah Harari, donde el autor habla acerca del tiempo y de cómo en la época medieval no existían los relojes, que luego de que se inventara el primero, los pueblos contaban con uno solo, para todos sus habitantes; el de la iglesia y ya.

Antes de eso, la gente se las ingeniaba para saber en qué momento del día se encontraba. A cargo de esto se encontraban los gallos, el sereno de la esquina, los despertadores humanos, ya sabe usted, esos que pasaban muy temprano haciendo sonar cualquier instrumento ruidoso para avisar a todo el mundo que era hora de levantarse y también, nuevamente en la iglesia, las campanas, que sonaban cada sesenta minutos anunciando la hora.

En nuestros tiempos, las cosas han cambiado y lo único que hay que hacer es mover un poquito los ojos para saber qué hora es.

Andamos la hora en nuestro reloj de pulso, en el celular, hay relojes de pared por doquier en casa y la oficina y hasta en la computadora. Como dice el señor Harari, tenemos que hacer un gran esfuerzo para no darnos cuenta de qué hora es.

Pues algo parecido sucede con las noticias.

En tiempos no tan antiguos, para enterarse de lo que sucedía en el mundo y la comunidad, uno necesitaba comprar y abrir el periódico, poner el noticiero en la televisión o reunirse con la gente que estaba enterada de todo. Por lo tanto, desconectarse de lo que estaba aconteciendo alrededor no era una tarea difícil, al contrario. Hoy en día estamos prácticamente encadenados al teléfono celular y, por lo tanto, a las noticias.

Y no es que tenga algo de malo estar informado de las cosas importantes que suceden en nuestro tan atribulado mundo, lo que pasa es que la cantidad tan exagerada de información que encontramos en las redes sociales tiene un buen porcentaje de irrelevancia y falsedad también. Por cada cosa importante hay que pasar por muchas otras que no nos interesan tanto y preferiríamos obviar.

Y bueno, si de verdad nos sentimos abrumados y entendemos que ese montón de información nos quita energía y tiempo, con tan solo desinstalar o cerrar las redes sociales que seguimos bastará. Pero ¿qué hacemos con el WhatsApp, por ejemplo? Ahí los mensajes están todo el día y a cada rato y muchas veces esperando respuesta inmediata.

Tal vez haciendo un plan de desconexión en ciertas horas del día, solo para recuperar un poquito de la paz que nos quita la tecnología, a veces... sin siquiera darnos cuenta.

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