The New York Times
Por: Steven Erlanger/The New York Times
BERLÍN — El Presidente Donald J. Trump ha complacido a los líderes ucranianos y europeos al prometer la participación estadounidense en la provisión de garantías de seguridad para Ucrania si alguna vez se logra un acuerdo de paz con Rusia.
Mark Rutte, Secretario General de la OTAN, se declaró “entusiasmado” ante el compromiso público de Trump el 18 de agosto en una cumbre en la Casa Blanca con algún tipo de garantía de seguridad, una promesa que los europeos han estado buscando ansiosamente. Lo calificó de “un gran avance”.
Sin embargo, sigue siendo ambiguo qué involucrarían esas garantías. Funcionarios prometieron mayor claridad en las próximas semanas, mientras los planeadores del Ministerio de Defensa enfrentan las complicaciones de convertir una amplia promesa en opciones realistas.
Trump dijo que los países europeos serían la “primera línea de defensa” para brindar garantías de seguridad a Ucrania, pero Washington “los ayudará, estaremos involucrados”. Más tarde añadió: “Las naciones europeas asumirán gran parte de la carga. Los ayudaremos y haremos que sea muy seguro”.
No explicó cómo.
Garantías de seguridad
El 19 de agosto expuso algo de sus ideas al afirmar que Estados Unidos podría enviar apoyo aéreo, aunque no tropas de combate. “Les aseguro” que no serán enviados a Ucrania, declaró Trump en el programa de entrevistas “Fox & Friends”.
Giorgia Meloni, la Primera Ministra italiana, y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, hablaron de una garantía “tipo Artículo 5” fuera de la OTAN, aunque con base en el compromiso establecido en la carta de la alianza de que un ataque contra un miembro es considerado un ataque contra todos.
Pero es difícil imaginar que la propia OTAN no se vea rápidamente involucrada si algún Estado miembro de la alianza con tropas destacamentadas en Ucrania entra en una guerra abierta con Rusia.
Tampoco es seguro que Rusia cambie su postura y acepte que tropas de países de la OTAN puedan estar destacamentadas en Ucrania bajo una garantía de facto respaldada por la OTAN. Muchos analistas, como John Mearsheimer de la Universidad de Chicago, creen que el esfuerzo de Rusia por controlar Ucrania se basa en su deseo declarado de detener la ampliación de la OTAN a países que Moscú considera parte de su esfera de influencia.
Desde esa perspectiva, Moscú invadió Ucrania para bloquear a la OTAN y asegurarse de que el País no se convierta en miembro. Por lo tanto, la idea de que Rusia acepte permitir que tropas de países de la OTAN estén destacamentadas en Ucrania después de librar una larga guerra para impedir que estén allí es complicada.
Las autoridades rusas rechazaron la idea incluso antes de la cumbre. Una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, afirmó que Rusia “rechaza cualquier escenario que contemple la aparición en Ucrania de un contingente militar con la participación de países de la OTAN”.
Algunos funcionarios y analistas europeos consideran el nuevo compromiso de Trump con las garantías de seguridad como una forma de convencer al Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, de que acepte las exigencias rusas de ceder el resto de la región oriental de Donetsk que no está ocupada por fuerzas rusas, para detener la guerra que Rusia está ganando lentamente. Este argumento sugiere que lo que importa es una Ucrania soberana, con su futuro asegurado, incluso si Rusia conserva el 20 por ciento o más del territorio ucraniano que ha ocupado desde el 2014.
El territorio que el Kremlin quiere en Donetsk es considerablemente mayor que el total que Rusia ha logrado apropiarse desde noviembre del 2022, y a un gran costo en vidas. Por lo tanto, sería un gran regalo para Moscú y un gran sacrificio para Zelensky, quien rechaza la idea de tajo.
En cuanto a las garantías de seguridad, Zelensky advirtió de la falta de detalles el 17 de agosto y enfatizó que la propuesta aún debía ser elaborada. “Necesitamos que la seguridad funcione en la práctica”, dijo.
Se ha hecho cierta labor en cuanto a cómo podría ser una garantía de seguridad bajo una “coalición de dispuestos” liderada por el Primer Ministro británico, Keir Starmer, y el Presidente francés, Emmanuel Macron. Sin embargo, Francia, el Reino Unido y Estonia son los únicos países que han indicado que podrían desplegar tropas en una Ucrania de posguerra.
Alemania ha dudado y los principales Estados en la línea del frente, como Polonia, se han negado a participar. Los polacos, que desconfían de Rusia, han declarado que desean mantener sus tropas en casa para su propia defensa, donde cuentan con la protección de la OTAN.
Una posible solución podría ser el despliegue de entre 15 mil y 20 mil soldados europeos en Ucrania, dijo Camille Grand, ex secretario general adjunto de la OTAN. Las tropas estarían fuera del frente, en apoyo del Ejército ucraniano, el más grande de Europa, con unos 900 mil efectivos en armas.
Los europeos representarían una “fuerza de confirmación”. Otros países o las Naciones Unidas podrían por separado proporcionar observadores desarmados en la línea del frente, auxiliados por sistemas de vigilancia.
Pero “si la situación se complica”, dijo Grand, hoy analista en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, “sería bueno tener un compromiso público de que los estadounidenses no se cruzarían de brazos”.
Idealmente, esto incluiría una promesa de utilizar el poder aéreo y los activos navales estadounidenses. “Y nada de esto necesita negociarse con Putin”, dijo Grand.
Aun así, dijo Grand, “lo que me preocupa es quién en Europa está dispuesto a hacer algo”.
Macron mantuvo su entusiasmo bajo control después de la reunión. Las garantías de seguridad vienen con un acuerdo de paz, y Putin quiere continuar la guerra, dijo. “Esto está lejos de terminar”.
Johanna Lemola contribuyó con reportes a este artículo.
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