The New York Times
Por: Francesca Regalado y Jenny Gross/The New York Times
Brian West, un dueño de restaurante jubilado en Tailandia, pensó que seis semanas era tiempo suficiente para renovar su licencia de manejar de Nueva York. Sólo tenía que enviar por correo un formulario de solicitud y los resultados de su examen de la vista a la oficina del Departamento de Vehículos Motorizados en Brooklyn. Pero el 22 de agosto, la oficina de correos cerca de su casa en Chiang Mai se negó a enviar sus documentos.
Thailand Post, el servicio postal del País, ha dejado de enviar correo a Estados Unidos mientras sus socios de transporte se adaptan a la decisión del Presidente Donald J. Trump de eliminar las exenciones arancelarias para las importaciones de bajo valor. Muchos servicios postales de todo el mundo han hecho lo mismo a la espera de que quede clara la orden ejecutiva de Trump. Aunque algunos afirman que las suspensiones son temporales, han creado confusión.
“Me siento impotente al pensar que no puedo enviar correo a EU”, dijo West, agregando que no todos pueden costear usar un servicio de mensajería más caro, como UPS o FedEx. Dijo que tendría que pagar unos 50 dólares a un servicio de mensajería.
Costos
El cambio de Trump busca frenar el uso de una laguna legal utilizado principalmente por minoristas chinos como Shein y Temu para vender productos económicos directamente a consumidores estadounidenses sin inspecciones ni aranceles aduaneros. Durante años, los destinatarios en EU podían aceptar paquetes con valor de hasta 800 dólares sin tener que pagar aranceles. La decisión de eliminar la exención ha tenido repercusiones mucho más allá de China. No está claro cuántos países están suspendiendo el servicio ni durante cuánto tiempo estarán vigentes las restricciones.
En Filipinas, la gente frecuentemente envía regalos de Navidad a familiares en Estados Unidos en septiembre para evitar los recargos de envío de fin de año. Los clientes llenan los paquetes con artículos como salsa dulce para espagueti estilo filipino, aperitivos y mezclas de condimentos que no se consiguen fácilmente en EU, explicó Rein Gatchalian, propietaria de Kabayan Box Padala, que envía paquetes desde Manila. Suelen tener un valor muy inferior a los 800 dólares. Nada cambiará para sus clientes, pero sus familiares en Estados Unidos tendrán que empezar a pagar aranceles cuando lleguen sus paquetes, añadió.
En un aviso a principios de agosto, el servicio postal de Filipinas dijo que los destinatarios en Estados Unidos podrían enfrentar un impuesto de entre 80 y 200 dólares.
Tonya Kemp, propietaria de una tienda de dulces y refrescos especializados en Virginia, dijo que sus proveedores en Europa y Canadá le habían dicho que no podrían surtir sus pedidos hasta que se comprendieran mejor los nuevos requisitos aduaneros. No estaba segura si seguiría importando dulces si los costos subían significativamente.
Con los costos de envío adicionales, preguntó, “¿cuál será el punto donde la gente deje de pagar tanto por un chocolate?”.
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