The New York Times
Por: Lara Jakes/The New York Times
El enjambre drones rusos que entró a Polonia este mes provocó indignación en toda Europa y graves advertencias sobre la violación del espacio aéreo de la OTAN —pero ninguna represalia abierta por parte de una alianza militar que intenta evitar un conflicto con un vecino con armas nucleares.
Las autoridades europeas también culparon a Moscú este mes cuando el sistema de navegación falló en un avión que transportaba a Ursula von der Leyen, presidenta del poder ejecutivo de la Unión Europea. Las autoridades afirman que el avión fue interceptado en una operación de interferencia rusa intensificada, pero no tomaron ninguna medida abierta.
Estas provocaciones son un sello distintivo de la guerra híbrida o de zona gris, que busca antagonizar y desestabilizar a los países mediante medidas militares, económicas y de desinformación encubiertas, sin ataques abiertos.
Estos episodios han alimentado un debate entre diplomáticos y militares europeos sobre si la OTAN o la Unión Europea debería imponer sanciones más severas para garantizar que Rusia no siga impávido, pero sin arriesgarse a un conflicto armado.
Las operaciones de sabotaje rusas en Europa se más que triplicaron entre el 2023 y el 2024, al tiempo que Occidente apoyó a Ucrania en la batalla contra la invasión rusa, halló un reporte reciente. Durante el último año, dicen las autoridades, Rusia y otros adversarios han trastocado los sistemas energéticos occidentales, se han inmiscuido en elecciones nacionales, han conspirado para colocar artefactos incendiarios en aviones de carga y han hackeado redes de servicios de salud y registros legales.
“Rusia ha estado librando una guerra no declarada e híbrida contra Occidente durante mucho tiempo”, dijo Jan Lipavsky, el Ministro de Asuntos Exteriores checo, en una conferencia europea de seguridad celebrada este mes en Praga.
Artículo 5
Rusia, en general, ha eludido las acusaciones, contraacusando a los líderes europeos de culpar a Moscú por cualquier problema.
“No priorizar ni planear cómo contrarrestar la guerra híbrida de Rusia contra Estados Unidos y nuestros aliados es un grave error estratégico”, dijo Michael R. Carpenter, ex Embajador de Estados Unidos ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
Algunos europeos están presionando a la OTAN para que invoque el Artículo 5 —que establece que un ataque contra un aliado se considera un ataque contra todos— en respuesta a los ataques híbridos. Otras posibles respuestas podrían incluir acciones híbridas de represalia, mayor apoyo militar a Ucrania y mayores sanciones económicas contra Rusia.
Al preguntársele este mes si los ataques híbridos podrían dar lugar a una respuesta amparada por el Artículo 5, que probablemente involucraría el uso de fuerza militar, Mark Rutte, Secretario General de la OTAN, afirmó que siempre es posible.
“Nuestra reacción será devastadora”, declaró Rutte, aunque no quiso comentar qué se necesitaría para activar el Artículo 5. “En lo que respecta a los ataques híbridos, no somos ingenuos”.
Algunos gobiernos han estado tomando represalias en secreto contra los ataques de zona gris, en particular los países más cercanos a Rusia que sufren continuos ataques híbridos.
Funcionarios que han estado presionando por castigar a Rusia por sus ataques híbridos han sugerido la incautación de 224 mil millones de dólares en activos rusos congelados para entregarlos al Gobierno y al Ejército de Ucrania.
Von der Leyen declaró recientemente que no apoyaba la incautación de los activos. Sin embargo, horas después de la incursión rusa con drones en Polonia, Volodymyr Zelensky, el Presidente ucraniano, dijo haberle aconsejado que buscara otras maneras de utilizar los activos para ayudar a Ucrania.
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