Ciudad de Panamá, Panamá.
El presidente electo de Panamá, Juan Carlos Varela, deberá encarar el desafío de reorientar un ostentoso crecimiento económico levantado sobre el rezago social, tras frustar el domingo la intención del gobernante Ricardo Martinelli de seguir gobernando tras bambalinas.
Varela recibirá el poder el 1 de julio de manos del popular Martinelli, quien le deja un país en pleno boom económico, con 8.4% de crecimiento en 2013 e inversiones de 15,000 millones de dólares en obras en el último quinquenio, incluida la ampliación del Canal de Panamá, por donde pasa el 5% del comercio marítimo mundial.
Pero ese crecimiento económico, vanguardia en América Latina, no alcanzó para seducir a los panameños: Varela, el archirrival de Martinelli, ganó con 39% de los votos, siete puntos por encima del oficialista José Domingo Arias --el delfín del Presidente-- y a 12 del socialdemócrata Juan Carlos Navarro.
Sorprendido por los resultados, Martinelli anunció el domingo que hará firme oposición al Gobierno de Varela. “Cuando haga algo malo, palo le vamos a dar”, sentenció. Pero ayer bajó sensiblemente el tono.
“Ayer ganó Panamá. Felicito al nuevo Presidente por su contundente triunfo. Hoy -ayer- lo llamaré para decírselo”, escribió en su Twitter el mandatario, un magnate dueño de una cadena supermercados.
Principal reto
Varela (50) un empresario productor de ron, hereda la tarea de completar la ampliación del canal interoceánico, con atrasos por una huelga de trabajadores de la construcción y reclamos de sobrecostos del consorcio internacional a cargo de la obra.
El mandatario electo de los panameños anunció que hará un Gobierno de “justicia social” y combatirá la corrupción. “El que quiera hacer negocio debería tomar sus cosas y (que) se vaya al sector privado”, dijo en su discurso la noche del domingo, aludiendo a supuestas intenciones de Martinelli de continuar en el poder administrando Panamá como una gran empresa.
Triunfó la alternancia
A juicio del abogado y analista político Mario Rognoni, Varela, quien aparecía en tercer lugar de las encuestas, capitalizó el “voto de castigo” contra un mandatario que -según sus críticos- pretendía seguir moviendo los hilos del poder a través de Arias, su sucesor a dedo, y de su esposa Marta Linares, candidata a la vicepresidencia.
Para el cantante y compositor Rubén Blades, voz relevante en la política panameña, Varela deberá “restaurar la confianza perdida en nuestras instituciones públicas”.
“Lo importante es que no vendimos nuestra posibilidad, ni hipotecamos nuestra capacidad nacional, a cambio de un iluso sentimiento de prosperidad que pretendía ser construido a costo de nuestra decencia e institucionalidad”, sentenció.
Varela anunció un Gobierno de unidad, pero tendrá que maniobrar con un congreso fraccionado en el que su Partido Panameñista y su aliado Partido Popular tendrán entre 11 y 14 diputados sobre un total de 71, según las proyecciones, y el partido Cambio Democrático, de Martinelli, tendrá unos 30.
“Habrá un problema serio de gobernabilidad.
Este régimen es presidencialista y sin mayoría en la Asamblea Nacional no se puede gobernar”, dijo el abogado y politólogo Renato Pereira. AFP