Valentina Bedoya López, familiar de las víctimas de la masacre en el Bulevar del Oriente en Cali, Colombia, rompió el silencio para denunciar las amenazas que enfrenta tras el asesinato de sus seres queridos.
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El pasado 12 de enero de 2025, su abuela Nohelia López, de 74 años, su primo Julián López, con Síndrome de Down, y otra persona fueron asesinados en Marroquín II, Cali.
Valentina Bedoya López asegura que las amenazas provienen de un grupo criminal conocido como “Los Pescados”, quienes, según ella, han marcado a su familia como objetivo desde hace más de un año.
Valentina Bedoya López denunció que estas represalias están vinculadas a una relación pasada con un narcotraficante, cuyo entorno la culpa por su muerte.
“Me amenazaron diciendo que iban a acabar con toda mi familia. Ya mataron a mi mamá, hirieron a mi abuelo, y ahora se llevaron a mi abuela y a mi primo”, relató con dolor.
Desde su exilio forzado, Valentina Bedoya López pidió ayuda urgente a las autoridades para proteger a los miembros restantes de su familia y facilitar su salida del país.
Valentina Bedoya López explicó que tras el asesinato de su madre, ocurrido en septiembre de 2024, comenzó una ola de intimidaciones y agresiones contra su familia.
Según Bedoya, los responsables difundieron fotos íntimas suyas y la amenazaron directamente, asegurando que acabarían con todos sus familiares.
Banda “Los Pescados”
Señaló como líder de estos ataques a Álvaro Arroyo Martínez, alias Cristian, integrante del grupo “Los Pescados”, originario de Buenaventura.
Valentina hizo un llamado urgente a las autoridades para actuar y frenar esta ola de violencia que ha devastado su familia.
La joven recordó con tristeza el asesinato de su madre en el barrio El Caney y lamentó no haber podido despedirse de ella por temor a represalias.
“No me quedaré callada. Alzo la voz por mi mamá, mis abuelos y todas las familias que sufren la violencia en silencio”, expresó entre lágrimas.
Valentina también advirtió que, si algo le sucede, responsabiliza directamente a los autores de las masacres que han marcado su vida.
Este caso ha despertado indignación en la comunidad, evidenciando la necesidad de garantizar protección a las víctimas de violencia en el país.
La familia de Valentina sigue esperando justicia mientras la sociedad exige respuestas inmediatas de las autoridades frente a esta tragedia.