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Unicef muestra el 'sueño roto' de hondureño en viaje a EUA

  • 26 agosto 2016 /

La historia Alexis forma parte de una campaña de Unicef para denunciar la crisis de los niños migrantes.

San Pedro Sula, Honduras.

'En el momento que desperté supe que ahí se había terminado todo'. Así culminó la odisea de Alexis, un joven de origen hondureño, que se cayó de 'La Bestia' en su búsqueda del sueño americano.

La historia de Alexis forma parte del informe titulado 'Sueños rotos' en el que Unicef y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) denuncian que más de 26.000 menores no acompañados han sido detenidos en la frontera de Estados Unidos en los primeros seis meses de 2016, la mayoría de ellos provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Alexis, emprendió el viaje hacia los Estados Unidos a los 16 años, sin más compañía que la de una prima de su misma edad. El joven relató que salió de su natal Omoa, en Honduras, en diciembre de 2015. Al llegar a Guatemala abordó un contenedor y así logró cruzar todo el país.

Muertes
Según la OIM, al menos 200 migrantes murieron en dicha travesía en los primeros seis meses del año, una cifra que asumen que está subestimada.
Finalmente, logró ingresar a México. Allí pasó varias noches en un albergue para migrantes en Tapachula, donde se encontró con otros indocumentados, 'la mayoría niños que también viajaban solos', contó a Unicef.

Juntos, se subieron a 'La Bestia', el tren de mercancías que llega hasta la frontera sur de los Estados Unidos.

No fue un viaje fácil, algunos días conseguían comida y agua, otros no. El informe resalta que los niños migrantes además están expuestos a secuestros, víctimas de tráfico, violación, o ser asesinados durante el trayecto.

Es muy duro pensar que esos niños -la mayoría adolescentes, pero algunos mucho menores- están haciendo ese agotador y peligroso viaje en busca de seguridad y una vida mejor

Justin Forsyth, Director Ejecutivo Unicef

Lo último que Alexis recuerda de su trágico viaje es escuchar los rumores de que estaban asaltando, sin embargo afirma que a ellos 'no les pasó nada'. Luego el cansancio lo dominó y se quedó profundamente dormido. 'Cuándo me desperté ya no tenía la pierna'.

'El camino, mis sueños que quería realizar se terminaron ahí (...) Me ví que ya no tenía de la rodilla para abajo y que también me había cortado el talón del pie izquierdo', dijo el joven que cree haberse caído del tren cuando estaba a la altura de la ciudad de Salamanca.

Alexis estuvo internado un mes en un hospital de México, luego permaneció 6 meses más en diversos albergues hasta que finalmente fue deportado.

'Ahora es más dificil porque primero le ayudaba a mi mamá sembrando maíz, frijoles, pero ahora ya no, porque no puedo andar en las montañas', dice el joven con mucho pesar.



A pesar de la tragedia que afrontó Alexis, su hermana Jackie, tiene planeado emprender el mismo viaje hacia EUA. 'Me aterra solo pensarlo pero también me aterra estar viviendo esta vida y saber que no hay esperanza de nada. Voy corriendo el riesgo pero al menos tengo una esperanza', afirma la joven.

El informe recuerda que la gran mayoría de estos niños huyen de la violencia de las maras, o pandillas callejeras, de las que son víctimas, o de una vida de pobreza sin esperanzas.

'El riesgo de que estos niños no acompañados sean secuestrados, víctimas de tráfico, violación, o asesinados durante el trayecto es enorme, y el mayor problema es que el número no deja de crecer', indicó en rueda de prensa Christoph Boulierac, portavoz de Unicef.

Otras 29.700 personas que viajaban en grupos familiares, la mayoría mujeres y niños pequeños, también fueron retenidas en ese mismo periodo en la frontera de Estados Unidos.