Thomas Kwan, un médico británico de 53 años, fue condenado a 31 años y cinco meses de prisión tras intentar asesinar a su padrastro, Patrick O’Hara, de 70 años, utilizando una inyección de iodometano, un compuesto tóxico.
El ataque fue motivado por la profunda insatisfacción de Kwan con la herencia recibida de su padre.
El acusado se disfrazó de enfermero y engañó a su padrastro, haciéndolo pasar por una vacuna de refuerzo contra el Covid-19.
La policía de Northumbria informó que Kwan falsificó documentos y envió cartas a la pareja de su madre para que O’Hara recibiera “urgentemente” una dosis de refuerzo, con lo cual Kwan aprovechó para inyectarle el iodometano.
Luego de la inyección, la víctima comenzó a experimentar síntomas graves y fue hospitalizado con fascitis necrosante, una infección grave que puso en riesgo su vida.
Durante la investigación, las autoridades descubrieron en la computadora de Kwan varios archivos con información sobre venenos y un manual de envenenamiento, además de registros de matrículas falsas en su vehículo y un software espía instalado en la computadora de su madre.
Las tensiones económicas entre Kwan y su madre, Jenny Leung, motivaron un resentimiento que culminó en este intento de asesinato.
El juicio, que concluyó el pasado 6 de octubre, mostró evidencias del “plan audaz” de Kwan. La jueza Christina Lambert señaló que el acusado estaba obsesionado con el dinero y actuó impulsado por su sensación de derecho a la herencia familiar.
En una audiencia en el Tribunal de la Corona de Newcastle, Kwan se declaró culpable de intento de asesinato, y la justicia lo sentenció a más de tres décadas de prisión, destacando la gravedad de sus acciones.