El presidente Barack Obama rindió un vibrante homenaje el viernes en Charleston al pastor negro abatido, junto a ocho feligreses, por un joven supremacista blanco, y denunció el 'dolor' causado por la bandera confederada y el 'caos' provocado por las armas de fuego.
Ante miles de personas reunidas en el corazón de esta pequeña ciudad de Carolina del Sur (sureste), el primer presidente negro de la historia de Estados Unidos saludó la memoria del pastor Clementa Pinckney, 'un hombre de Dios, un hombre que creía en días mejores'.
'Cegado por el odio, el presunto asesino no pudo ver la gracia que irradiaba el reverendo Pinckney', dijo Obama sobre este pastor al que conocía personalmente. El presidente se refirió también al 'dolor' causado por la bandera confederada, símbolo para muchos estadounidenses del pasado racista del país, y que ha sido ignorado 'durante demasiado tiempo'.
'Durante demasiado tiempo hemos permanecido ciegos frente al dolor que causa esta bandera confederada en varias ciudades', afirmó. Asimismo, el mandatario denunció en su discurso el 'caos' causado por las armas de fuego en Estados Unidos.
'Hemos estado ciegos frente al caos único que la violencia de las armas de fuego inflige a este país', señaló, y tomó como ejemplo varios tiroteos, como el que se produjo en una escuela en Newtown en 2012.
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Obama, quien nunca ha logrado, pese a varios intentos, mover las líneas sobre este tema, llamó a su país a iniciar una verdadera reflexión.
'Cualesquiera que sean las soluciones, serán necesariamente incompletas. Pero sería traicionar todo por lo cual luchó el reverendo Pinckney si nos quedamos de nuevo en silencio' tras este funeral, dijo Obama, que concluyó su elogio entonando a solas, y luego acompañado por los presentes, el canto 'Amazing Grace', un himno cristiano muy popular en Estados Unidos.