Lula a la cabeza de manifestaciones y Dilma Rousseff en el despacho presidencial en Brasilia buscan este jueves demostrar su fuerza, recomponer la base aliada y frenar el impeachment impulsado por la oposición.
El expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) encabezará una marcha en la capital brasileña 'en defensa de la democracia' y contra 'el golpe' que la izquierda dice constituye el proceso de destitución contra Rousseff que avanza en el Congreso por presunto maquillaje de las cuentas públicas.
El Partido de los Trabajadores (PT), que ya comenzó a la batalla en el ámbito institucional, quiere presionar desde la calle, en momentos en que la aprobación del gobierno está en un ínfimo 10%.
Hace dos semanas reunió cerca de 300.000 personas, 80.000 en Sao Paulo con Lula vestido de dirigente obrero. La cifra es lejana a las tres millones que reunió la oposición unos días antes para pedir la caída del gobierno.
| Manifestantes apoyan a Rousseff en una protesta en Río de Janeiro.
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El ícono de la izquierda latinoamericana fue nombrado jefe de gabinete por Rousseff, pero su designación está bloqueada por la justicia por sospechar que podría tratarse de un ardid para obtener fueros privilegiados en las investigaciones por supuesta corrupción en el megaescándalo de la estatal Petrobras.
Su principal objetivo era reforzar la frágil coalición del gobierno, que sin el cargo, Lula realiza tras bastidores. Pero llegó tarde para evitar la salida de su principal aliado, el centrista PMDB del vicepresidente Michel Temer, que no sólo salió sino asumió con fuerza la bandera del impeachment.
Temer asumiría el poder hasta 2018 si Rousseff fuera destituida.
¿Quién ofrece más?
El foco del gobierno es no perder más aliados, y con cargos en la mano, Lula y Rousseff negocian con fuerza los apoyos.
Desde la salida del PMDB del gobierno, Rousseff se enclaustró en el palacio presidencial de Planalto para reconfigurar su equipo gubernamental. Incluso canceló su participación en una cumbre sobre seguridad nuclear en Washington. Si viajaba, Temer ocuparía temporalmente el cargo.
'El gobierno tiene una doble estrategia: recomponer la base aliada e impedir que el PMDB junte 342 votos' para aprobar el impeachment en la cámara de Diputados, indicó a la AFP un asesor del gobierno que pidió el anonimato.
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La base gubernamental tiene en el papel poco más de 200 diputados.
Pero su voto no está garantizado. Temer y su nuevo aliado, el opositor socialdemócrata PSDB, están también conquistando apoyo con promesas de cargos y ministerios del gobierno que formaría tras la salida de la presidenta.
'Hoy (el conteo) es menos favorable a la oposición que la semana pasada', estimó la fuente, que explicó que el gobierno usará las elecciones municipales de octubre para sumar afectos.