La presidenta surcoreana Park Geun-hye, involucrada en un escándalo de corrupción, dijo ayer estar dispuesta a dejar el poder antes del fin de su mandato previsto a principios de 2018 y anunció que dejará al Parlamento decidir su suerte.
Park Geun-hye ha visto como su popularidad caía en picado a medida que iban saliendo a la luz las investigaciones de la fiscalía sobre la exconfidente de la presidenta, Choi Soon-sil, detenida por haber utilizado su relación con Park para extorsionar a las grandes empresas surcoreanas. La presidenta es sospechosa de “connivencia” por la fiscalía.
Desde que estalló el escándalo, cada sábado manifestaciones multitudinarias piden la renuncia de la presidenta.