La Policía Militarizada de Brasil retomó hoy el control de la Penitenciaria Estatal de Alcaçuz, en Nisia Floresta, región metropolitana de Natal (nordeste), en la que murieron al menos diez presos durante un motín, según informaron fuentes oficiales.
La Secretaría de Seguridad del estado de Río Grande do Norte, del que Natal es la capital, comunicó que efectivos de la Tropa de Choque, un grupo antidisturbios especializado, entró este domingo en los pabellones del centro penitenciario y retomó el control total después de más de catorce horas de rebelión de los presos.
La incursión de la Policía comenzó de manera gradual desde la noche del sábado, primero en la zona exterior y luego en los patios y pabellones del complejo penitenciario, el mayor de Río Grande do Norte.
De acuerdo con las primeras informaciones de las autoridades, una pelea entre dos facciones rivales de internos generó disturbios, la misma razón que los motivó en otras prisiones del país que han dejado más de un centenar de muertos en lo que va de año.
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El Sindicato de los Agentes Penitenciarios de ese estado denunció que el sábado, durante la visita y antes de comenzar el motín, un vehículo se acercó al complejo y hombres desconocidos pasaron armas a los detenidos por uno de los muros.
En un comunicado, la Secretaría de Estado de Seguridad Pública y Defensa Social (Sesed) señaló que las muertes son 'resultado de una disputa entre facciones rivales' y el Gobierno regional dijo, por su parte, que se 'están recogiendo las informaciones sobre la participación de esas facciones criminales' en el motín.
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Otros dos cuerpos más fueron encontrados en la misma cárcel de Boa Vista, aunque al parecer estaban ya enterrados desde días antes del motín, y dos reclusos murieron también a comienzos de año en una rebelión en una cárcel de Paraiba (nordeste).