Los tres aspirantes demócratas a la Presidencia de EUA se medirán este sábado en Manchester (New Hampshire) en el último debate televisado de este 2015 y en el que el senador Bernie Sanders tendrá que defenderse de una nueva polémica por acceder a datos secretos de su rival Hillary Clinton.
Esta controversia amenaza con agriar la concordia que los demócratas han lucido en sus dos anteriores debates de primarias, en contraste con los enfrentamientos dialécticos republicanos, marcados por escenas agresivas o duros calificativos y en los que el magnate Donald Trump ha tenido un papel protagonista.
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El caso estalló hoy, cuando el Comité Nacional Demócrata (DNC) anunció que decidió sancionar a Sanders, segundo en las encuestas y que se define como un 'socialista democrático', porque algunos miembros de su campaña accedieron a datos sobre votantes demócratas recolectados por la campaña de Clinton.
La decisión del organismo que dirige al Partido Demócrata daña así a la campaña del senador, porque restringe su acceso a los números de teléfono de sus voluntarios y también a una lista sobre votantes demócratas elaborada por el propio DNC, a la que sí seguirán accediendo Clinton y el tercer aspirante, Martin O'Malley.
Hasta ahora, los desencuentros ideológicos más marcados de los debates demócratas han estado protagonizados por Clinton, veterana política demócrata, y Sanders, senador independiente, y se han referido a asuntos como la reforma financiera, el control sobre Wall Street y las políticas sobre el control de armas.
Por el momento, la campaña de Clinton solo ha emitido un breve comunicado sobre la incursión, por lo que mañana los presentadores de la cadena encargada de retransmitir el debate, ABC, podrían tratar de conseguir una reacción más fuerte de los candidatos. Efe