20/12/2025
08:49 AM

No deja de temblar en Italia: la cifra de muertos aumentó a 235

La tierra volvió a temblar ayer en Italia, 24 horas después del fuerte sismo que arrasó partes del centro del país matando a 235 personas y dejando sin hogar a 17,000.

La tierra volvió a temblar ayer en Italia, 24 horas después del fuerte sismo que arrasó partes del centro del país matando a 235 personas y dejando sin hogar a 17,000.

El último saldo de víctimas difundido por medios italianos y elaborado en consulta con los hospitales de la región daba cuenta de 235 muertos.

El peor terremoto de los últimos 30 años causó también 1,000 heridos, 100 de ellos de gravedad, según el saldo difundido por el jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi en L’Aquila, capital de la montañosa región de los Abruzos, donde se situó el epicentro del temblor de magnitud 6.2.

El terror se apoderó de nuevo de la región ayer en dos ocasiones. La primera por la mañana, cuando se produjo una fuerte réplica de magnitud 4.7 en la escala de Richter que volvió a provocar la caída de piedras, muebles y enseres de los edificios agrietados.

La segunda entrada la noche, cuando una réplica alcanzó una magnitud 5.5 a 5.7 en la escala Richter, casi la misma que la del sismo del lunes, que fue de 5.8 en la misma escala.

Despliegue
Berlusconi garantizó que los siete mil hombres movilizados para la operación de rescate continuarían sus tareas al menos 48 horas más, “hasta que tengamos la seguridad de que no hay nadie más vivo bajo los escombros”.

Hasta el momento, unas 150 personas fueron rescatadas vivas de los escombros. La última cuando ya había oscurecido. Se trata de una joven de 21 años que llevaba 42 horas entre las ruinas.

Pero el caso más excepcional fue el de María D’Antuono, una mujer de 98 años que ha sobrevivido a dos guerras mundiales y varios sismos y que fue rescatada tras pasar 30 horas atrapada.

“Me puse a tejer”, contó la señora.
Berlusconi, que rechazó la ayuda de emergencia ofrecida por más de una treintena de países, anunció que sí aceptará asistencia, en particular de Estados Unidos, para la reconstrucción y restauración del inmenso patrimonio artístico perdido, entre monumentos, frescos, iglesias góticas y barrocas.

La decisión fue anunciada tras una “larga conversación” con el presidente estadounidense Barack Obama, explicó el primer ministro.

Las autoridades instalaron tiendas de campaña en campos de fútbol, gimnasios y cuarteles para albergar a unas 15,000 personas.
El centro de coordinación de los socorros revisó a la baja la cifra de quienes perdieron sus hogares, ubicándola en 17,000 personas y no en 70,000 como se había dicho inicialmente.

El servicio de defensa civil calcula que más de 10,000 casas y edificios sufrieron daños. L’Aquila, abandonada por la mayor parte de sus 60,000 habitantes, se encuentra sin agua y luz y sólo funcionan algunos baños de emergencia instalados por los bomberos.
Quejas

Muchos se quejaron de la lentitud conque se instalaron las tiendas de campaña y de las condiciones de su primera noche. “Ni un café nos han ofrecido. Nadie se ocupa de nosotros. Pasé mucho frío”, se quejó Giovanni, padre de un bebé de tres meses.

En el casco histórico de L’Aquila ninguna calle se salvó del temblor y todas están cubiertas de piedras y de tejas. En esta zona repleta de monumentos barrocos, numerosas iglesias y un castillo del siglo XV resultaron dañados por el sismo.

El hospital, la prefectura y la Casa del Estudiante figuran entre las estructuras públicas completamente destruidas por el temblor, lo que generó una viva polémica por la violación o falta de aplicación de las leyes antisísmicas en Italia.

“Un terremoto como el registrado el lunes en Italia, si hubiera ocurrido en California, Estados Unidos, no habría provocado ni un muerto”, admitió a la prensa Franco Barberi, presidente de la Comisión de Altos Riesgos, un organismo oficial.

Desaparece

De Onna, el pueblo de los Abruzos que el lunes fue epicentro del violento sismo que sacudió el centro de Italia, sólo quedan montañas de escombros, casas reventadas como si hubiese ocurrido un bombardeo y el duelo por sus 40 muertos de los 300 habitantes que tenía.
El pueblo que hasta el domingo era un lugar tranquilo entre montañas todavía nevadas cerca de la capital provincial, L’Aquila, a 110 km al noreste de Roma, es ahora un campo en ruinas: las calles desaparecieron y están repletas de escombros de ladrillos y cemento.

Ninguna vivienda resistió el movimiento telúrico de magnitud 6.2 grados que se produjo la madrugada del lunes y al que siguieron 280 réplicas. “Hemos retirado 40 cuerpos, tres de ellos esta noche. Era la cantidad de personas dadas por desaparecidas que nos habían señalado. Por lo tanto, aquí, en principio, ya no hay nadie más entre los escombros”, explicó el comandante de los bomberos que se identificó como Qualizia.

A pocos metros del pueblo en ruinas, algunos caballos pastan como si nada hubiera pasado bajo árboles en flor a un costado, decenas de camiones de bomberos y del ejército estacionados en pleno campo.

Más lejos, muchas tiendas de campaña blancas albergan a los vecinos de Onna que se quedaron sin casa que poco a poco se atreven a recorrer los escasos metros que los separan de su antiguo pueblo para ver las imágenes de la desolación.

“Toda mi familia está viva, mis amigos también, pero ¡cuántos muertos, cuántos muertos en nuestro pueblo castigado!”, se lamenta Silvana. “Mi marido ayudó a los socorristas y retiró cuerpos con las manos. Es una pesadilla y ese sol que brilla es indecente”, se queja esta mujer de unos 50 años sin poder contener el llanto.

“Allí estaba la escuela y aquí en esta casa murió un muchacho de 20 años. El techo se le cayó encima. En esta otra casa, ya no me acuerdo quién vivía. No la reconozco porque está tan destrozada”, dice entre suspiros.