20/12/2025
11:05 PM

Mueren 36 prisioneros asfixiados con gases

El Cairo, Egipto. Unos 36 prisioneros islamistas murieron ayer asfixiados con gases lacrimógenos durante un intento de fuga, según la Policía egipcia, después de que los partidarios del derrocado presidente Mohamed Mursi anunciaran que anulaban algunas de sus manifestaciones en El Cairo “por razones de seguridad”.

El general Abdel Fatah al Sisi, jefe del Ejército egipcio y nuevo hombre fuerte del país, aseguró que Egipto “no cederá” ante la violencia de los islamistas.

Pero, en un gesto de apaciguamiento, el Gobierno anunció la prohibición de los “comités populares”, milicias de jóvenes armados que atacan en El Cairo a cualquier persona que les parezca sospechosa, hombres con barba o mujeres con velo integral, así como periodistas extranjeros a los que acusan de defender al campo de Mursi.

Los activistas islamistas habían anunciado nueve manifestaciones en El Cairo ayer domingo, en el quinto día de enfrentamientos con las fuerzas del orden, que han causado cerca de 800 muertos, pero varias fueron anuladas por “razones de seguridad”.

La acción

Ayer, 36 prisioneros islamistas, todos miembros del movimiento de los Hermanos Musulmanes, murieron asfixiados por gases lacrimógenos lanzados dentro del furgón que los trasladaba a una prisión en las afueras de El Cairo, ya que habían secuestrado a un oficial de policía e intentaron fugarse, afirmó el Ministerio del Interior. El convoy transportaba a más de 600 prisioneros islamistas. La alianza contra el golpe de Estado, que organiza las manifestaciones, denunció un “asesinato” y habló de 52 prisioneros muertos. Más de un millar de manifestantes y dirigentes de los Hermanos Musulmanes han sido detenidos en los últimos cinco días, según el Gobierno.

Tras el golpe militar del pasado 3 de julio, Egipto está dividido en dos sectores que por el momento parecen irreconciliables: por un lado los Hermanos Musulmanes, al que pertenece Mursi, y por el otro los partidarios de la solución de seguridad del Ejército. Los sangrientos enfrentamientos no han disminuido en los últimos días pese a las condenas internacionales y a las llamadas a la mesura.