24/04/2024
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Migrantes sin refugio ni certeza en la frontera de México pese al fin del MPP

  • 12 agosto 2022 /

Esta política ha impactado a más de 75.000 migrantes en la frontera de México, donde los solicitantes de asilo deben esperar mientras se resuelve su caso en Estados Unidos.

Matamoros, México.

El “Dulce Refugio Shelter”, que abrió en la frontera mexicana con Estados Unidos cuando inició el programa de Protocolos de Protección a Migrantes (MPP), cerrará por falta de recursos, un reflejo de la incertidumbre de decenas de miles de migrantes en la zona a pesar del fin de esta política.

El albergue en Matamoros, Tamaulipas, en la frontera de México con Brownsville, Texas, dejará de operar el próximo 20 de agosto por la imposibilidad de ofrecer alimento y acogida a cientos de familias, sobre todo de Centroamérica, pero también de otras regiones.

“Desafortunadamente, por razones económicas, vamos a tener que cerrar el albergue. Desde que nos dimos cuenta de que no podemos mantener abierto decidimos ya no aceptar gente”, cuenta este viernes a Efe el director del “Dulce Refugio Shelter”, el pastor bautista Abraham Barberi.

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UN FIN INCIERTO

El refugio cerrará después de que el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) prometió el lunes eliminar el MPP o “Quédate en México”, que el expresidente Donald Trump instaló en 2019.

Esta política ha impactado a más de 75.000 migrantes en la frontera de México, donde los solicitantes de asilo deben esperar mientras se resuelve su caso en Estados Unidos, según datos del Comité Internacional de Rescate (IRC, en inglés).

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“Los individuos ya no se están registrando en el MPP y los individuos que actualmente están en el MPP en México serán desinscritos cuando regresen a su próxima cita en la corte”, afirmó el DHS el lunes tras la orden del juez de Texas que permitió el fin del programa.

Pese a esta promesa, la incertidumbre es palpable en el “Dulce Refugio”, donde los migrantes se niegan a dar declaraciones por temor a su seguridad y a las políticas migratorias de Estados Unidos, en particular a lo que ven como persecución en Texas.

“Ya era hora de que hicieran algo, pero aún así no hay solución concreta. ¿Qué va a pasar con los que están aquí, cuál es el siguiente paso?”, cuestionó Barberi.