México.
Septiembre es un mes festivo y a la vez sombrío en México que poco después de celebrar la Independencia se viste de luto para rendir tributo a sus muertos en los fatídicos terremotos que devastaron la capital mexicana en la misma fecha, con 32 años de diferencia.
Esta semana, cuando el calendario volvió a marcar 19 de septiembre, el día más fatídico para México, el país realizó conmovido un simulacro nacional en memoria de los sismos de 1985 y 2017, mientras los damnificados del último terremoto siguen reclamando el apoyo de las autoridades.
Fallos de bocinas
Según datos del Gobierno capitalino, el 4% de las cerca de 12,354 bocinas no funcionan, poniendo en riesgo a miles.
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A las 10:00 horas del pasado jueves, los altavoces de la capital emitieron la siniestra alerta sísmica, un auténtico terror para los mexicanos que marcó el inicio del simulacro llevado a cabo en todo el país por el cual la ciudadanía debía desalojar los edificios públicos.
El pasado jueves, familiares de las víctimas les rindieron tributo en un emotivo homenaje que unió una vez más al país.
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En el concurrido cruce entre el Paseo de la Reforma y la Avenida Juárez, dos arterias principales de Ciudad de México, se agolparon centenares de personas que fueron dirigidas por personal de Protección Civil hacia zonas seguras.
Todos los capitalinos tenían muy presente el terremoto de magnitud 7,1 ocurrido hace justo dos años que azotó los estados de México, Morelos, Puebla, Guerrero, Oaxaca y Chiapas dejando 369 muertos, 228 en la capital.
Un temblor que llegó pocos días después del terremoto de magnitud 8,2 del 7 de septiembre de 2017 que dejó 98 víctimas mortales en Oaxaca, Chiapas y Tabasco.
Raimundo Barajas, sobreviviente del sismo, fue el encargado de verificar que se llevaran a cabo los protocolos de seguridad en un inmueble perteneciente a la Secretaría de Hacienda donde trabajan cerca de 2,300 personas. “Hace dos años estuvimos en este edificio y de verdad pensaba que se caía. Duró bastante y empezó a tronar el edificio. Afortunadamente estamos aquí para contarlo”, expresó.
Andrés Manuel López Obrador encabezó una breve ceremonia en el centro de la capital.
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Un temor similar siente aún Emma, una transeúnte que contó a Efe que hace dos años se encontraba en las afueras de la capital cuando sintió el temblor y la llamó su hermana para contarle que “se estaban cayendo muchos edificios”.
Pese al éxito de los simulacros en algunos puntos de la capital, centenares de usuarios en redes sociales denunciaron que las bocinas no sonaron en muchos puntos de la urbe.
Promesas incumplidas. El nuevo Gobierno de la Ciudad de México, liderado por Claudia Sheinbaum desde diciembre del pasado año, prometió que todos los damnificados del sismo del 19 de septiembre de 2017 habrán vuelto a sus casas en 2021.
Según la alcaldesa, muy crítica con la administración anterior, de las 11,970 viviendas unifamiliares afectadas, ya han sido entregadas 430, 1,750 están en rehabilitación y 8,872 iniciarán su reconstrucción en el presente mes.
Pero muchos de los afectados siguen todavía esperando que se termine la reconstrucción de sus viviendas mientras viven en condiciones precarias.
Entre ellos, Petra Puebla, una mujer de unos 50 años que desde hace 2 años ha estado durmiendo bajo una caseta de madera junto a las obras de su edificio, el emblemático multifamiliar de Tlalpan, en el sur de la ciudad, en el que murieron nueve personas.
Las fuerzas de rescate fueron vitales para la búsqueda de desaparecidos.
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Puebla cuenta que, en teoría, le entregarán su vivienda reconstruida el próximo 7 de enero de 2020 y que la espera ha sido muy dura.
Sobre el día de hoy, reconoce que no puede evitar sentirse afectada.
“Ahorita que sonó la alarma sí sentí, mi piel hasta se erizó al oír ese sonido tan alarmante que es, esperemos que no vuelva a pasar un sismo”, explica.
Otra mujer, Alicia Guzmán, quien perdió a su hija durante el sismo, cuenta que, dos años después, “cada día es más terrible”. “No han hecho nada por nosotros (el Gobierno)”, asegura.
369
muertos y más de 7,000 heridos dejó el terremoto del 19 de septiembre de 2017 en la capital mexicana. El sismo de 1985 dejó 10,000 muertos y cientos de desaparecidos.
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Doble tragedia.
Una mala jugada del destino quiso que el terremoto de 2017 sucediera el mismo día que el de 1985, cuando tuvo lugar el sismo más destructivo que se recuerda en la capital mexicana.
Fue a las 7.19 horas del 19 de septiembre de ese año cuando un temblor de magnitud 8,1 derribó múltiples edificios de la capital y provocó una incierta cifra de al menos diez mil muertos.
Se estima que un tercio de los edificios del centro urbano de Ciudad de México quedaron destruidos por aquel sismo, y así lo recordó hoy un homenaje llevado a cabo por rescatistas en la plaza donde se encontraba el Hotel Regis, que se derrumbó con centenares de huéspedes en su interior.