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La última fiesta de la mujer que 'eligió morir con dignidad'

  • 12 agosto 2016 /

Una artista californiana ofreció una fiesta de despedida a sus amigos antes de someterse a la eutanasia por enfermedad terminal.

California, Estados Unidos.

La artista californiana Betsy Davis invitó a más de 30 de sus amistades más cercanas a una fiesta de dos días, con un único requisito, 'no llorar frente a ella'. Davis se convirtió en la primera mujer en morir por eutanasia en el estado de California, luego de que el Senado aprobara una ley que permite el suicidio asistido para pacientes con enfermedades terminales.

Davis de 41 años padecía de esclerosis lateral amiotrófica, ALS, y según su hermana, que registró la experiencia en un artículo titulado 'Lo que aprendí ayudando a mi hermana....a terminar con su vida', Betsy prefería 'ser libre que estar enterrada en mi propio cuerpo'.

Betsy fue diagnosticada con ALS en julio de 2013. Esta enfermedad, que afecta aproximadamente a 5 de cada 100,000 personas en todo el mundo, provoca que las células del sistema nervioso se desgasten o mueran, por lo que dejan de enviar mensajes a los músculos, lo que incapacita a la persona para moverse. La afección empeora lentamente. Cuando los músculos en la zona torácica dejan de trabajar, se vuelve difícil o imposible respirar.

Eutanasia
California es el quinto estado de EUA que permite el suicidio asistido tras Montana, Oregon, Washington y Vermont.
No hay tratamiento ni cura para esta enfermedad. Según Kim Davis, periodista y hermana de Betsy, la artista prefería terminar con su vida antes que morir por asfixia.

Así que tomó la decisión de suicidarse asistidamente, haciendo uso de su derecho conforme a la ley promulgada en California gracias al impulso de Brittany Maynard, una joven que sufría un cáncer terminal y que tuvo que mudarse de estado para hacer uso de la eutanasia.

Foto: La Prensa

Brittany Maynard impulsó la ley del suicidio asistido en California tras ser diagnosticada con un cáncer agresivo en el cerebro.
Betsy decidió hacer una fiesta de despedida para sus amigos, y en julio pasado les envió un correo electrónico que decía, 'estas circunstancias son diferentes a las de cualquier fiesta que hayan tenido antes, pues requieren fortaleza emocional, y ser abiertos y centrados. No tienen que llorar'.

Más de 30 personas acudieron al evento que Betsy denominó 'su próxima gran aventura'. 'Comimos pizza y tamales. Había música y nos tomamos muchas fotos, Betsy colocó notas por toda la casa y nos dijo que eran un souvenir que preparó para nosotros', dijo su hermana.

'La idea de ir a pasarnos un hermoso fin de semana que culmina en su suicidio no es algo normal, no es una ocurrencia normal. En el trasfondo de la diversión, las sonrisas y risas que tuvimos ese fin de semana estaba el conocimiento de lo que iba a suceder', dijo Nierls Alpert, un camarógrafo de Nueva York.

Davis elaboró un detallado programa para la reunión del fin de semana del 23 y 24 de julio, incluyendo la hora precisa en la que pensaba entrar en coma, y compartió esos planes con los invitados.

Al acercarse el final, los amigos se despidieron con besos, se congregaron para una foto y se fueron, y Davis fue llevada a una cama cubierta en una colina, donde tomó una combinación de morfina, pentobarbital e hidrato de cloro prescrita por su médico. Davis se quitó la vida un poco más de un mes después que fue promulgada la ley en California.