Una mujer de origen salvadoreño, lucha contra la deportación tras refugiarse en una iglesia en la ciudad estadounidense de Georgia (Atlanta) junto con sus dos hijos después de quitarse el brazalete electrónico que las autoridades migratorias le habían colocado.
Claudia Jurado, de 27 años, tenía plazo hasta el pasado viernes para abandonar Estados Unidos, pero prefirió pedir refugio en la Iglesia de Nuestra Señora de las Américas, en la ciudad de Lilburn, en Georgia.
'Lo hice porque (...) como madre pensé en mis hijos y en lo que volver a mi país significa. Es duro andar así y tomar esta decisión pero Dios nunca desampara a nadie', dijo.
Jurado, que se encuentra embarazada, señaló que si fuera forzada a regresar El Salvador su vida y la de sus hijos correría peligro, y que por ello piensa permanecer refugiada en el templo todo el tiempo que sea necesario. 'Allá está todo muy feo con las marasa, tengo miedo de regresar y que me hagan algo. Si regreso, voy a durar muy poco', indicó Jurado.
La inmigrante abandonó en diciembre pasado su país, junto con su esposo y sus hijos, tras ser amenazados de muerte por pandilleros si no cumplían con el pago de extorsiones. Fueron detenidos mientras ingresaba ilegalmente al país por la frontera, y aunque las autoridades los dejaron ir, abrieron un proceso de deportación contra la pareja.
Tras varias audiencias en corte, el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) cerró el caso de Jurado y ordenó su deportación el pasado viernes por considerar que no existían suficientes pruebas de que su vida estuviera en peligro.
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Las autoridades migratorias señalaron en un comunicado que Jurado incumplió con la orden de deportación al no presentarse a las oficinas de ICE y removerse el brazalete electrónico que le fue colocado.
Las iglesias de varias denominaciones de Estados Unidos han servido en los últimos años de santuario para indocumentados que buscan evitar órdenes de deportación y que ven en los templos un lugar seguro mientras se resuelve su situación legal.