La última vez que los vecinos de Marie Conlon recordaron haberla visto fue en enero de 2015, pero nadie estaba completamente seguro.
Agentes de policía entraron por la fuerza a su apartamento en Belfast, Irlanda del Norte, y encontraron los restos de la mujer de 68 años.
Parece que nadie notó que había muerto más de dos años atrás; nadie, a excepción de Robert Sharkey.
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Según Belfast Live, las autoridades acusaron a Sharkey de irrumpir en la casa de Conlon, robar sus tarjetas bancarias y usarlas para comprar comida y pagar sus cuentas.
Sharkey utilizó la tarjeta para ordenar 7,823 dólares en pizzas Domino's, comprar 4,284 dólares en abarrotes del supermercado Sainsbury's, entre otros gastos domésticos.
También reconoció que estaba al tanto de la muerte de la mujer mayor.