Hillary Clinton mantuvo la noche del martes la calma y el temple frente a los dardos de sus oponentes -sobre todo en política exterior- y asumió su rol de gran favorita durante el primer debate de las primarias demócratas.
Una veterana de estos escenarios, la exsecretaria de Estado, que aspira -por segunda vez- ser la primera mujer en la Casa Blanca, desvió los golpes de su principal rival, el senador Bernie Sanders, y otros tres aspirantes durante el choque de dos horas en Las Vegas.
'La diplomacia no es lograr una solución perfecta. Es sobre cómo balancear los riesgos', dijo la exsenadora y exprimera dama de 67 años.
El problema sobre los 11 millones de inmigrantes indocumentados dio lugar a una breve discusión y la coincidencia general en la necesidad de una reforma migratoria integral. Clinton prometió incluso 'ir más allá' de las medidas ejecutivas aprobadas por Barack Obama.
A Sanders, quien evocó el modelo social de los países escandinavos, le replicó: 'No somos Dinamarca. Me encanta Dinamarca, somos Estados Unidos de América'.
El debate - sobre el que planeaba la sombra del vicepresidente Joe Biden, aún dubitativo sobre una eventual candidatura - mantuvo el ritmo combativo pero no cedió a los ataques personales que hicieron de las suyas en los duelos del bando republicano.
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El magnate inmobiliario Donald Trump que se robó el show en los debates republicanos, ironizó en Twitter sobre este 'aburrido' debate.
'Qué lastima, no hay ninguna 'star' en el escenario esta noche', alardeó el millonario poco antes del inicio del duelo, que se realizó en un hotel casino a 800 metros de uno de sus decenas de hoteles.