Ciudad de Guatemala.
Un intenso chaparrón deslució una nueva marcha contra la corrupción en la capital guatemalteca. Pese al aguacero, muchos de los “indignados” resistieron con paraguas y capas. Los mensajes, muy similares a otras manifestaciones anteriores y con una petición unánime: la renuncia del presidente, Otto Pérez Molina.
Sin embargo, la llegada, esta semana, de funcionarios del departamento del Tesoro de EUA para someter a los funcionarios del país al polígrafo tampoco gusta a los opositores, que lo consideran una injerencia, pese al éxito de la Comisión Internacional contra la Inmunidad, un organismo dependiente de la ONU. Una figura que representaba al Tío Sam fue pisoteada por muchos de los asistentes frente al Palacio Nacional de la Cultura.
En este sentido, uno de los gritos más celebrados fue “Los hijos de Arbenz han resucitado”, en referencia al expresidente Jacobo Arbenz, derrocado por un golpe de estado en 1956 auspiciado por EUA.
Contra las elecciones
Algunos de los participantes también mostraron pancartas por la suspensión de las elecciones previstas para el 6 de septiembre. “No hay condiciones para estas elecciones”, decía una pancarta.
La primera manifestación contra el gobierno se realizó el pasado 25 de abril, luego que se descubriera una red de defraudación aduanera que supuestamente era liderada por el prófugo Juan Carlos Monzón Rojas, exsecretario privado de la entonces vicepresidenta Roxana Baldetti.
Tras multitudinarias protestas que exigían su renuncia, Baldetti dimitió el 8 de mayo desencadenando una crisis que aún no ha terminado.
