Las fuerzas iraquíes libraban ayer feroz combate con el grupo Estado Islámico (EI) en el interior de Mosul, aumentando la presión sobre los yihadistas que no tienen vía de escape, al haber quedado aislado su último bastión en Irak. La fuerzas de élite ganaban terreno en el este de Mosul, pese a una dura resistencia del EI, que amenaza siempre con complicar la ofensiva iraquí, lanzada hace cinco semanas, para reconquistar Mosul, segunda ciudad del país en manos de los yihadistas desde 2014.
El EI, cuyo líder Abu Bakr al Bagdadi proclamó un “califato” en Mosul en junio de 2014, hasta ahora ha desplegado mucha más resistencia en esta batalla que en la defensa de ciudades como Tikrit o Faluya.
Maan al-Saadi, comandante del Servicio de contraterrorismo (CTS), afirmó a la AFP, cerca del frente en Mosul, que sus soldados pelean contra el EI en el barrio de Al Jadraa de Mosul, tras haber tomado el de Aden. “No pueden huir. Tienen dos opciones: o rendirse o morir”, dijo. El CTS asegura haber tomado el control de más del 40% de los barrios del este de la ciudad.
En los últimos días, las fuerzas iraquíes han cortado varias vías de acceso en torno a Mosul, especialmente hacia el este, en dirección a la frontera con Siria, donde el EI controla la ciudad de Raqa, a unos 400 kms de distancia. Las fuerzas paramilitares de Hashd al-Shaabi (“Movilización popular”) cortaron en particular la carretera Tal Afar-Sinjar, que une Mosul con Siria.
La coalición liderada por EUA también bombardeó el miércoles varios puentes sobre el río Tigris, que divide a Mosul en dos partes, reduciendo notablemente la capacidad de los yihadistas para abastecer su frente este. Un viejo puente, de la época británica, que no puede ser utilizado por vehículos pesados, es el único que permanece en pie.
La consecuencia es que los combatiente yihadistas de Mosul --entre 3.000 y 5.000 según estimaciones estadounidenses -- “no pueden ir a ninguna parte, no pueden abastecerse ni enviar refuerzos” afirma a la AFP el coronel estadounidense John Dorrian.
Al norte y al sur de Mosul, los peshmergas (combatientes kurdos) y otras tropas se acercan a la ciudad y a su aeropuerto.