Barcelona, España.
El papa Francisco admitió en una entrevista este viernes que toma un riesgo al renunciar al papamóvil blindado, que define como una 'lata de sardinas', pero en su opinión no tiene mucho que perder a su edad.
El pontífice de 77 años recordó que en julio de 2013 a Brasil las autoridades le habían preparado un papamóvil cerrado con vidrio para protegerle.
'Pero yo no puedo saludar a un pueblo y decirle que lo quiero dentro de una lata de sardinas, aunque sea de cristal', dijo Francisco en el periódico de Barcelona La Vanguardia.
'Para mí eso es un muro. Es verdad que algo puede pasarme, pero seamos realistas, a mi edad no tengo mucho que perder', añadió el líder espiritual de los 1,200 millones de católicos.
'Sé que me puede pasar algo, pero está en manos de Dios', afirmó.
El papa Francisco prefirió desde el inicio de su pontificado utilizar coches abiertos a diferencia de su predecesor Benedicto XVI que viajaba en un papamóvil con blindaje antibalas, una medida introducida después de la tentativa de asesinato al papa Juan Pablo II en 1981.
El papa Francisco admitió en una entrevista este viernes que toma un riesgo al renunciar al papamóvil blindado, que define como una 'lata de sardinas', pero en su opinión no tiene mucho que perder a su edad.
El pontífice de 77 años recordó que en julio de 2013 a Brasil las autoridades le habían preparado un papamóvil cerrado con vidrio para protegerle.
'Pero yo no puedo saludar a un pueblo y decirle que lo quiero dentro de una lata de sardinas, aunque sea de cristal', dijo Francisco en el periódico de Barcelona La Vanguardia.
'Para mí eso es un muro. Es verdad que algo puede pasarme, pero seamos realistas, a mi edad no tengo mucho que perder', añadió el líder espiritual de los 1,200 millones de católicos.
'Sé que me puede pasar algo, pero está en manos de Dios', afirmó.
El papa Francisco prefirió desde el inicio de su pontificado utilizar coches abiertos a diferencia de su predecesor Benedicto XVI que viajaba en un papamóvil con blindaje antibalas, una medida introducida después de la tentativa de asesinato al papa Juan Pablo II en 1981.