Una serie de atentados coordinados sacudieron ayer Bagdad, incluyendo tres coches bomba que estallaron cerca de instalaciones gubernamentales, matando a por lo menos 127 personas e hiriendo a centenares, en la peor ola de violencia en la capital en más de un mes, informaron las autoridades.
Cinco ataques, incluyendo un atentado suicida con coche bomba contra una patrulla policial, mostraron la capacidad de los insurgentes para atacar instalaciones de importancia en el corazón de Bagdad.
La oleada violenta fue la tercera ocasión desde agosto en que recintos gubernamentales son atacados con estallidos múltiples que causan más de cien muertes. Tres automóviles cargados de explosivos estallaron en secuencia rápida frente al Ministerio del Trabajo, un recinto judicial y el nuevo edificio del Ministerio de Finanzas, cuya sede anterior fue destruida por una explosión en agosto.
Lesionados
Funcionarios de la Policía y hospitales informaron que al menos 112 personas murieron en esos tres ataques que también lesionaron a 390. El Ministerio de Salud dijo que fueron 513 los heridos. Los funcionarios hablaron a condición del anonimato debido a que no estaban autorizados para dar información a los medios de comunicación.
Aproximadamente una hora antes de esos estallidos, un atacante suicida a bordo de un automóvil con explosivos se lanzó contra una patrulla policial en el distrito mayoritariamente suní de Dora, donde mató al menos a tres policías y doce civiles e hirió a cinco personas, dijo un policía que solicitó el anonimato porque carecía de permiso para hablar con los periodistas. Los atentados fueron otro golpe humillante contra las fuerzas iraquíes cuando buscan expandir su papel en el control de la seguridad y en momentos en que los soldados estadounidenses están concluyendo sus planes para salir del país. Las explosiones ocurrieron al tiempo que el consejo presidencial postergó ayer las elecciones parlamentarias iraquíes por siete semanas, fijando el 6 de marzo como fecha de la votación, en una demora que ha suscitado preocupaciones por el aumento de la violencia en el país.
Según los encargados de las fuerzas de seguridad, la escalada en los atentados podría tener la intención de desacreditar al gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki, aliado de Occidente.
Coordinación
El blanco de los atentados coordinados era sacudir el centro de Bagdad con los tres autos cargados de explosivos que estallaron sucesivamente en unos cuantos minutos.
El Parlamento realizó una sesión de emergencia, en la que numerosos legisladores exigieron respuestas por las aparentes deficiencias en la seguridad.
El vocero militar de Irak responsabilizó de la matanza a una alianza del grupo Al-Qaeda en Irak y miembros del proscrito Partido Baath de Saddam Hussein.