Uno de los exjefes de disuelta guerrilla Farc, Jesús Santrich, requerido por EEUU bajo sospecha de narcotráfico, fue dejado en libertad ayer por orden de la Corte Suprema de Justicia.
“Hubo un esquema de seguridad el cual sacó a Santrich”, dijo su abogado Gustavo Gallado a periodistas. El excomandante, quien había sido detenido en abril de 2018, abandonó el búnker de la fiscalía fuertemente escoltado.
Santrich fue excarcelado luego de que el alto tribunal ordenara el miércoles su libertad “inmediata” al reconocerle fuero parlamentario como congresista por el partido que surgió del acuerdo de paz con la exguerrilla.
Luego de que Santrich llegara a la sede política del partido Farc, salió unos minutos al balcón y gritó “¡Viva La Paz de Colombia y abajo la intervención de los Yankis!”.
Contexto
El acuerdo de paz garantiza penas no carcelarias para los comandantes guerrilleros que cumplan con los procesos de verdad y reparación de las víctimas que lleva adelante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Los delitos cometidos después de la firma del acuerdo deben ser juzgados por la justicia ordinaria.
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En una carta enviada ayer al tribunal, Santrich manifestó su disposición para presentarse ante los llamados de la justicia.
En Washington, el gobierno estadounidense consideró “lamentable” la decisión de la Corte Suprema de Colombia de dejar en libertad a Santrich.
“Respetamos la decisión del tribunal... pero nos parece lamentable”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus. “Estados Unidos cumplió con los requisitos de extradición establecidos con Colombia y nuestra solicitud establece que los delitos por los cuales se acusó al señor Santrich tuvieron lugar después del 1 de diciembre de 2016”, añadió, destacando que los cargos en su contra “son muy graves”.
Santrich fue implicado en una conspiración para enviar 10 toneladas de cocaína a territorio estadounidense después de la firma del histórico acuerdo de paz a fines de noviembre de 2016.
Bajo la presión de Washington, el presidente Iván Duque, quien llegó al poder con la promesa de modificar el acuerdo por considerarlo indulgente con los rebeldes, se ha ratificado en su intención de extraditarlo.
Santrich siempre ha proclamado su inocencia y asegura que los señalamientos responden a un complot de Washington y de la fiscalía colombiana.