El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cedió ayer en su amenaza de cerrar la frontera con México esta misma semana, al afirmar que ahora dará al país vecino un año para detener el flujo de drogas, o de lo contrario impondrá aranceles a sus automóviles antes de decidir si clausura la zona limítrofe.
Seis días después de amenazar con cerrar la frontera común esta semana si México no detenía “de inmediato toda la inmigración ilegal” que atraviesa el país rumbo a EUA, Trump cambió el plazo y los parámetros de su advertencia.
“Vamos a darles un plazo de un año, y si las drogas no paran, o no paran en su mayoría, vamos a imponer aranceles a México y sus productos, en particular los automóviles. Y si eso no detiene las drogas, vamos a cerrar la frontera”, dijo el Presidente a los periodistas durante un acto en la Casa Blanca.
615,000
millones de dólares fue el intercambio comercial en 2017 de México con EUA. La mayoría se produce en los puntos fronterizos terrestres.
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Pero el mandatario sí citó varias veces el nuevo plazo de un año que ha decidido dar a México, y en lugar de mencionar el cierre de la frontera como represalia inmediata afirmó que eso se lo planteará solo después de haber impuesto aranceles a los automóviles, si el país vecino sigue sin cumplir sus exigencias.
“Si las drogas no paran, porque México puede pararlas si quiere, vamos a imponer aranceles a los automóviles. Los automóviles son muy importantes. Y si eso no funciona, vamos a cerrar la frontera. Pero creo que eso funcionará”, concretó un poco después.
Trump aseguró que el plazo de un año empieza a correr “a partir de hoy”, pero unas horas más tarde volvió a referirse al tema y dejó abierta la posibilidad de imponer aranceles a México antes de que transcurra ese período.
Trump dijo que no cree que tenga que llegar al punto de “cerrar la frontera”, porque “la penalización de los aranceles a los automóviles que vienen a Estados Unidos desde México será masiva, del 25%”, y llevará al país vecino a ceder.
La amenaza de Trump de cerrar la frontera suscitó fuertes quejas de numerosos empresarios y políticos, que alertaron del devastador impacto económico que tendría esa medida en ambos países. EFE