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Controles deficientes contaminan ríos salvadoreños

  • 03 junio 2016 /

En menos de un mes se han producido dos derrames de melaza en las vías fluviales

San Salvador, El Salvador

Un nuevo derrame de melaza que contaminó un río de El Salvador, evidenció esta semana la falta de controles en la industria azucarera y encendió el debate sobre el impacto que tienen en el medioambiente.

'Queda evidente que no hay control de la producción agroindustrial, se mantiene una infraestructura obsoleta' en el sector, declaró Ricardo Navarro, el director del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (Cesta), una ONG que promueve el uso de tecnologías adecuadas a las condiciones sociales y ecológicas locales.

La fuga de melaza de una pila de unos 7.4 millones de litros, el segundo accidente de este tipo en menos de un mes en el país, se produjo el miércoles en Apopa, contaminando el río Las Cañas.

El primer derrame de unos 3.5 millones de litros de melaza, se produjo el pasado 5 de mayo en el ingenio La Magdalena y contaminó el río del mismo nombre en Chalchuapa, 90 km al oeste de San Salvador, lo que obligó a las autoridades a decretar estado de emergencia ambiental por la muerte masiva de peces y el impacto en la población.

La emergencia en el Magdalena fue decretada por tres meses y abarcó un tramo de 16,400 metros cuadrados, pero la contaminación llegó a otros dos ríos, incluido el Paz, en la frontera entre El Salvador y Guatemala.

El nuevo derrame calificado por la ministra de Medio Ambiente, Lina Pohl, como de 'gran magnitud', agravó la situación del río Las Cañas, ya impactado por el cúmulo de residios tóxicos de cuatro municipios.

Para Luis González, de la Unidad Ecológica Salvadoreña (Unes), lo 'más grave' del derrame del miércoles es que el depósito de melaza, propiedad de dos ingenios azucareros, no contaba con los permisos ambientales para operar.

'No podemos seguir tolerando más derrames de melaza, el primero mató los peces que eran el alimento de centenares de familias en el río La Magdalena', reflexionó Navarro.

La melaza, que se exporta al extranjero como materia prima para elaborar alcohol y alimento para ganado, es una sustancia espesa, dulce y de color oscuro que queda como residuo de la cristalización del azúcar de caña.

Justicia ambiental

Para mitigar el impacto que generan los derrames de melaza en la población, la Asociación para el Desarrollo de El Salvador reclamó al único tribunal ambiental que opera en el país 'aplicar la ley' y obligar a los ingenios azucareros a indemnizar a las comunidades afectadas.