Filadelfia, Estados Unidos.
La convención demócrata que formalizará la nominación presidencial Hillary Clinton-Tim Kaine, arranca hoy en Filadelfia con la difícil tarea de superar la espectacular crisis que estalló en la víspera de la histórica reunión.
La exsecretaria de Estado es la única aspirante a la candidatura presidencial demócrata y ya tiene los delegados suficientes para confirmarlo, pero el proceso partidario interno dejó heridas evidentes que deben cerrarse.
Esas heridas quedaron a la vista con la filtración de correos electrónicos que muestran cómo la conducción del partido buscó favorecer a Clinton en su disputa interna con Bernie Sanders, y a raíz del escándalo la presidenta del partido, Debbie Wasserman Schultz, anunció ayer que renunciará al cargo.
El sitio web Wikileaks publicó el viernes casi 20,000 correos electrónicos de la dirección Demócrata desde el inicio de la campaña, en un espectacular escándalo que opaca la fiesta de unidad detrás de Clinton.
En varios de esos correos, altos funcionarios del Partido discutían cómo perjudicar la candidatura de Sanders durante la campaña interna y beneficiar a Clinton.
Ahora, Sanders deberá enviar un mensaje a los 13 millones de votantes que lo apoyaron en las primarias para buscar la unidad del partido y destacar que han comenzado “una revolución para transformar a Estados Unidos y que esa revolución continúa”.
No al escándalo
Clinton, que presentó formalmente a Kaine el sábado en un acto de campaña en Miami, se desmarca de la crisis y apuesta por presentar una visión del país muy diferente de la que se discutió en la convención del conservador Partido Republicano, que coronó a Donald Trump como su candidato.
Clinton se dirigirá en Filadelfia a todos los norteamericanos y les alertará del peligro que significa que Trump, quien prometió deportar a millones de indocumentados y construir un muro en la frontera, entre otras cosas, llegue a la Casa Blanca.
Pero los seguidores de Bernie ya se han propuesto hacer el ruido necesario tras la revelación del supuesto complot y ya han iniciado varias protestas, que continuarán a lo largo de la semana.
La convención demócrata que formalizará la nominación presidencial Hillary Clinton-Tim Kaine, arranca hoy en Filadelfia con la difícil tarea de superar la espectacular crisis que estalló en la víspera de la histórica reunión.
La exsecretaria de Estado es la única aspirante a la candidatura presidencial demócrata y ya tiene los delegados suficientes para confirmarlo, pero el proceso partidario interno dejó heridas evidentes que deben cerrarse.
Esas heridas quedaron a la vista con la filtración de correos electrónicos que muestran cómo la conducción del partido buscó favorecer a Clinton en su disputa interna con Bernie Sanders, y a raíz del escándalo la presidenta del partido, Debbie Wasserman Schultz, anunció ayer que renunciará al cargo.
El sitio web Wikileaks publicó el viernes casi 20,000 correos electrónicos de la dirección Demócrata desde el inicio de la campaña, en un espectacular escándalo que opaca la fiesta de unidad detrás de Clinton.
Seguidores del senador de Vermont protestaron ayer en las afueras del Wells Fargo Center, Filadelfia, indignados por el tratamiento que se le dio a su campaña por parte de los líderes demócratas.
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Ahora, Sanders deberá enviar un mensaje a los 13 millones de votantes que lo apoyaron en las primarias para buscar la unidad del partido y destacar que han comenzado “una revolución para transformar a Estados Unidos y que esa revolución continúa”.
No al escándalo
Clinton, que presentó formalmente a Kaine el sábado en un acto de campaña en Miami, se desmarca de la crisis y apuesta por presentar una visión del país muy diferente de la que se discutió en la convención del conservador Partido Republicano, que coronó a Donald Trump como su candidato.
Clinton se dirigirá en Filadelfia a todos los norteamericanos y les alertará del peligro que significa que Trump, quien prometió deportar a millones de indocumentados y construir un muro en la frontera, entre otras cosas, llegue a la Casa Blanca.
Pero los seguidores de Bernie ya se han propuesto hacer el ruido necesario tras la revelación del supuesto complot y ya han iniciado varias protestas, que continuarán a lo largo de la semana.
Seguidores del senador de Vermont protestaron ayer en las afueras del Wells Fargo Center, Filadelfia, indignados por el tratamiento que se le dio a su campaña por parte de los líderes demócratas.
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