Hillary Clinton puede respirar más tranquila luego de evitar cargos que pudieron acabar con su campaña, aunque las críticas del FBI sobre sus correos electrónicos podría igualmente complicar una campaña cada vez más ajustada frente a Donald Trump.
La fiscal general, Loretta Lynch, anunció este miércoles haber aceptado la recomendación del FBI de cerrar la investigación.
La decisión de no procesar a Clinton por usar un servidor privado de email cuando era secretaria de Estado quitó a los republicanos el punto de inflexión de las elecciones que tanto ansiaban.
'No creo que haya sido una exoneración total pero probablemente fue lo mejor que hubieran podido esperar', dijo Jeanne Zaino, profesora de ciencia política en el Iona College, en Nueva York.
Clinton fue interrogada por agentes durante el feriado de la independencia de Estados Unidos, y el FBI anunció sus conclusiones el martes, cuando muchos votantes estaban todavía de vacaciones o relajándose, no pegados a las noticias.
Secretos
110 correos contenían información clasificada, en tanto Clinton afirmó que ninguno de ellos tenía contenido clasificado al momento de ser escrito.
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Asimismo, el director del FBI describió a la candidata demócrata como 'extremadamente descuidada' con información sensible y dijo que sus emails podrían haber sido hackeados. En rigor, todas malas noticias.
'Eso quedará en la cabeza de mucha gente', dijo Zaino. '¿Va a descarrilar su campaña? No. ¿Tendrá un impacto de largo plazo? Probablemente no'.
El lado positivo para Clinton, coinciden los analistas, es que compite contra un hombre aún más criticado, con opiniones incluso más cuestionadas y que representa un partido que hasta ahora no se ha unido detrás suyo.