Aunque apareció en la literatura de hace más de 500 años, nunca se le reconoció como tal, hasta que un grupo de científicos de hicieron entrega del reconocimiento que merece como un órgano del cuerpo humano en toda regla, el más reciente en descubrirse.
Nos referimos al mesenterio, una estructura fragmentaria compuesta de múltiples capas separadas que, se creía, era una especie de repliegue de tejido.
La primera mención de la que se tiene registro data de comienzos del siglo XVI, en un tratado sobre anatomía humana escrito por Leonardo da Vinci.
Sin embargo, un equipo médico irlandés y tras más de seis años de estudio, finalmente se puso confirmar que el mesenterio es en realidad un órgano único y continuo.
Los resultados del estudio se publicaron en la prestigiosa revista médica británica The Lancet, que lista a J. Calvin Coffey y Peter O’Leary como autores.
El flamante órgano se compone de un doble pliegue del peritoneo (el recubrimiento de la cavidad abdominal) que une al intestino con la pared del abdomen, permitiendo que se mantenga en su lugar.
 El mesenterio finalmente recibe el reconocimiento que merece.
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¿Para qué sirve?
Los estudios se centran ahora en su función dentro del organismo, la cual no se conoce del todo, pero se sabe que proporciona sostén y ayuda a llevar irrigación a nuestras vísceras.
Lo que sí está más claro es que, al reconocerlo por lo que realmente es se podrán estudiar mejor las enfermedades digestivas, ajustado correspondientemente los tratamientos.
También puede dar lugar nuevas técnicas quirúrgicas que resulten menos invasivas y favorezcan una recuperación más pronta de los pacientes.
Los libros de medicina, de anatomía y los programas de estudio deberán ser actualizados para incluir a este nuevo órgano.
