24/11/2025
01:54 PM

Cardenal Rodríguez, pieza clave en elección del papa

  • 15 marzo 2013 /

Medios europeos aseguran que el hondureño habría sido el gran apoyo del Papa argentino.

    El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez habría sido pieza clave en el cónclave para la elección del argentino Jorge Mario Bergoglio como papa Francisco.

    Según información difundida en varios medios internacionales como La Tercera de Chile, en las votaciones en la Capilla Sixtina, Bergoglio habría comenzado a obtener apoyo desde la primera votación gracias al cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga.“Por lo que hemos recogido en Roma, el gran elector de Francisco, el arzobispo de Buenos Aires Bergoglio, fue el cardenal hondureño Óscar Maradiaga, un hacedor de papas”, comentó el enviado al Vaticano del canal de noticias Globo News.

    “Maradiaga fue, según se sabe de forma extraoficial, el hombre que construyó la candidatura de Bergoglio para contraponerla a la de Scherer, porque este era considerado el candidato de la Curia Romana y del cardenal Tarciso Bertone, un hombre poderoso en la Curia”, reportó el periodista de Globo News.

    El cardenal francés y presidente de la conferencia episcopal de ese país, André Vingt-Trois, explicó que el consenso por el argentino “comenzó a cristalizarse a medida que se elevaban los votos y nos dimos cuenta de que era el elegido”.


    Globo News también señala que Maradiaga es “opuesto a Scherer”.

    Argentina contra Brasil

    Esa posición del hondureño hizo que la elección de Bergoglio fuera un duro revés al favorito cardenal brasileño Odilo Pedro Scherer.

    Medios europeos detallan que en esas cinco votaciones, el jesuita Bergoglio se impuso al arzobispo de Sao Paulo, favorito de la Curia Romana.

    El diario romano La Repubblica
    destaca que con el triunfo del Papa argentino -que quedó por detrás de Joseph Ratzinger en el cónclave de 2005- “ha perdido” la Curia Romana”.

    Días antes, Folha de Sao Paulo y Correio Braziliense publicaron informaciones que daban cuenta que el cardenal Scherer no contaba con el apoyo de todos sus connacionales y que esto traducía la posición de una parte de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil.

    ¿Y el italiano Scola?

    Sobre las posibilidades del arzobispo de Milán, Angelo Scola, el diario turinés La Stampa asegura que este fue “traicionado” por algunos de sus compatriotas, cardenales italianos, desde la primera votación del cónclave.

    “Lo que ha obstruido a Scola el camino a la Santa Sede ha sido la confluencia de dos corrientes y de dos órdenes de valoración claramente distintas: la extraeuropea (y sobre todo la sudamericana) dispuesta a llevar por primera vez el papado fuera del Viejo Continente y la Curia de los enemigos-aliados (Tarcisio) Bertone y (Angelo) Sodano”, dice el diario a través del periodista Giacomo Galeazzi.

    Como la espuma

    La elección de Jorge Mario Bergoglio como el papa número 266 de la Iglesia Católica se celebró tras cinco votaciones y dos días de cónclave, es decir, una más que en 2005 cuando los cardenales favorecieron a Benedicto XVI.

    Además de esto, muchos consideran que la elección de Francisco fue más corta de lo esperado, debido a la gran cantidad de reuniones del Colegio Cardenalicio que se llevaron a cabo la semana antes del cónclave.

    Su nombre “se impuso de forma bastante rápida”, han comentado algunos cardenales participantes del cónclave.

    En las reuniones del Colegio Cardenalicio -formado por los 115 electores más los cardenales mayores de 80 años- se generó un intenso debate.

    Según consigna el diario El País de España, entre otros temas se trató la postura de la Iglesia ante la pedofilia y la situación del IOR, el banco del Vaticano, lo que preveía posturas muy dividas en el interior del los cardenales electores en el cónclave.

    Un cardenal le preguntó a Bergoglio si aceptaba el papado.

    “Soy un pecador, pero como esta dignidad se me ha conferido, acepto”, respondió, según tres cardenales franceses.

    Bergoglio anunció el nombre que asumiría —Francisco— y se fue a poner la indumentaria papal a la “Sala de las Lágrimas”, una sacristía que se ganó su nombre porque muchos han llorado ante la inmensidad de la tarea que les aguarda.

    Cuando Francisco regresó al recinto, “su primer acto fue ir hacia un cardenal en silla de ruedas e ir a la parte trasera de la capilla para saludarlo”, dijo el cardenal Sean Brady, líder de la Iglesia en Irlanda.